A nuestra amada Aurora.
Descalza sobre la escarcha que deja la fría noche de invierno.
Recostada sobre el pasto, mirando el cielo. El sol calentando su blanca cara de niña soñada.
-Silvia, andá al pueblo y vende este queso. No demores que te necesito para que alimentes a los animales.
Sin dudar, camina kilómetros para cumplir su tarea.
En rancho de barro, en casa del patrón.
Cierra los ojos y sueña.
***
De a ratos ella se volvía gigante para mí. Recuerdo el brillo de sus ojos y el movimiento de esas manos que parecían enrollar el tiempo, doblar y acomodar los
recuerdos como quién ordena la ropa en los cajones.
***
Ahora sueña. Sueña con su propia casa, con una cómoda cama, con niños ; Sueña con el amor y con una familia.
Imagina una porque nunca tuvo la suerte de conocer el calor de un hogar.
Huérfana, pobre y sin nadie que la reclame. De casa en casa, al amparo de Dios y en las manos de quien se compadeciera.
- cuando mamá murió, mi padre nos repartió como mejor le pareció. Nunca más volví a ver ni a saber de mis hermanos.
Por allá lejos, un día me enteré que una había muerto loca y del otro no sé nada.
Por eso hacían conmigo como les parecía porque no tenía quién me defienda.
***
En otros momentos se hacía chiquita; la sonrisa como pícara y atrevida, inocente y risueña pero lejos de perder sabiduría, tejía su historia hurgeteando entre esos ciento siete años de vivir, de trote, de andar.
-Ufffff, abuela! Vos sí que viviste de todo!
En una mezcla de dolor y gozo, reunidas alrededor de los recuerdos saboreábamos el calor y el frío de cada tiempo; allí estábamos: yo aprendiendo, ella de a poquito, despidiéndose.
***
Un gaucho embalentonado la ve y la reclama para él.
Le insiste, la convence. Se la lleva para cuidarla. Llena de coraje y valentía se entrega a ser madre y esposa.
Nueve hijos; tres varones y seis mujeres.
Nietos, bisnietos y tataranietos.
-Rosa! Dejá a las nenas. No las retes más que son buenas, no ves?
Vengan m'hijas; vengan para acá con la abuela.
-Rosa, no ves qué me hace mal a los nervios que retes a las nenas!
Rosa, se reía y refunfuñando por lo bajo dejaba que protegiera a sus retoños; tierna y pacificadora, refugio de travesuras.
Sentada, tranquila y serena en su casa de sueño, en su hogar. Cebando el mate, haciendo tortas fritas y buñuelos a voluntad de quien quisiera.
En invierno, los mates eran de leche; en verano, dulces; a veces, demasiado.
Anfitriona, siempre esperando la visita de sus hijos, de sus nietos. Esperando ver su herencia.
Tejiendo mantitas y carpetas, una para cada uno. Nadie podía quedar sin uno de
sus tejidos y a escondidas, les daba uno más si se le antojaba.
Rodeada de amor y cuidados. Cantando sola en voz alta, inventando su ritmo y sus versos; caminando despacio; cada vez más despacio.
***
Y ahora, en un día frío y triste. Un día de abrazos, silencios y nudos en la garganta miro para arriba, ahí adonde te llevamos.
Arriba de cinco hileras, en el medio.
"Tus nietas que te aman y siempre recordarán tu legado de fe y fortaleza".
***
-Dejá Chicha, yo barro acá después despacito. Tomate otro mate.
-Gabita, andá a llamar a la Mariquita a ver si quiere tomar mate.
Todavía me resuena su voz; áspera y suave. Todavía me parece que vas a estar
ahí, en tu sillón mirando el mundo por la ventana y poniendo el agua a calentar para detener las corridas del tiempo con tus mates.
Un día yo también voy a despertar a un nuevo amanecer y allí voy a poder abrazarte de nuevo.
* Gabriela Elizabet González, de 39 años, vive actualmente en Argentina, en la provincia de Buenos Aires, ciudad de Zárate: conocida por su preciosa y extensa costanera, su imponente puente Brazo Largo y el tango. Nació en esta ciudad. Ciudad de callecitas y canciones. Creció cerca de la vía del tren; escenario de sus travesuras y sueños infantiles. Estudió el profesorado de lengua y literatura y comenzó el camino de la docencia hace ya más de quince años. Llena de experiencias y con ganas de abrirse camino, comenzó a publicar cuentos y poemas en revistas literarias. El mundo de las letras es su pasión y su gran desafío.
Me encantó! Lo cotidiano convertido en arte ♥️
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