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viernes, 28 de febrero de 2025

"Insight" cuento de Adriana de Jesús Casas Moreno

 

-Buenos días, Dra. Martínez, la esperan en el salón 4, para la sesión grupal.

-Buenos días. Voy en un momento. Contestó con desgano. Otra noche sin dormir le impidió recordar la sesión de terapia grupal, que tenía que dirigir. Anoche no durmió de nuevo, el insomnio le taladraba la cabeza.

-Iniciamos la sesión grupal. Buenos días, el día de hoy solo somos nosotros tres, porque dieron varias altas y unos traslados. Sin embargo, ustedes son importantes y no quise suspender la sesión. Siéntanse libres de decir lo que están sintiendo.

-Hoy continuaremos con la técnica de la silla vacía que empleamos ayer, ustedes no participaron, así que alguna lo hará. Diana, perfecto pasa al centro por favor. En la silla vacía vas a imaginar que se encuentra sentado tu monstruo de la bulimia. Respira profundo, inhala por la nariz, exhala por la boca. Visualiza como es ese monstruo. ¿Qué tan grande es? ¿De que color? ¿Qué textura tiene? ¿Tiene algún olor?

Después de una sesión intensa, Diana logró integrar a la bulimia, como esa necesidad de protección cuando se siente insegura, y aceptó que es una forma de dar un poco de control a su vida tan caótica. Las palabras enorme, amorfo, feo, verde, olor a vómito le resonaban en su mente. Seguía escuchándolas al atravesar el salón para cerrar, el día de hoy parecía inmenso con solo tres sillas, cuatro con la del monstruo, sonrió, sin querer.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta en qué momento salió Diana, a Mónica si la recordó porque siempre es la primera en hacerlo. Pensó en esto al sacar la llave de la puerta, cuando percibió un olor fétido que salía por debajo de ella, el cual empezó a inundar todo, se alejó con prisa del lugar.

Sin embargo, ese olor se le quedó impregnado y tuvo que cambiar su bata, porque no quería incomodar a sus pacientes, pero aún lo percibía en su nariz. Al doblar su bata con el resto de ropa sucia, le vinieron imágenes de la última sesión grupal. Fue una muy buena intervención, Diana tuvo un buen insight, solo necesita encontrar nuevas formas de poner límites y de autoprotegerse. Después de tanto tiempo, puedo lograr casi cualquier cosa con “silla vacía”. Y si… mi insomnio también es un monstruo. Por la noche seguía ensimismado con esa idea, que no se percató que Diana no fue al comedor, al área exclusiva de pacientes, pero donde se la encontraba en la barra, y siempre la saludaba gustosa.

Intentó dormir, nada…tomó el celular para ver la hora. Las 3 de la mañana. Cierra los ojos, intenta meditar… nada…hasta mi respiración es irregular por la privación de sueño. No lo resisto más, todo mi cuerpo está sufriendo los efectos de no dormir… ya no suena tan mal la idea de la silla…

Agarró la única silla que tenía en su habitación un poco austera, como la de cualquier residente en psiquiatría, la pone en el centro. Recuerda las instrucciones dadas recién a su paciente, inhala, exhala, de nuevo… inhala, exhala , visualiza. Está bien…eres mi insomnio, luces como una niebla gris, densa, que inunda todo el cuarto, como se siente en mi cabeza. Estoy aquí para hablar contigo y estoy segura, después de tanto tiempo, que quieres decirme algo. No sé qué es. Responde…Es imposible lo que pides…integración.

-Buenos días, Dra. Martínez. La esperan en el salón 4, para la terapia grupal. No hubo respuesta. Solo se pudo apreciar una densa niebla gris que salía por debajo de su puerta…



*Adriana de Jesús Casas Moreno es una psicóloga y escritora amateur originaria de México. Ha participado en diversos concursos de calaveritas literarias, obteniendo distintos reconocimientos. En el certamen organizado por el periódico El Heraldo el año pasado, obtuvo la sexta posición. Además, este año participó en la convocatoria internacional de microcuentos de la Editorial Palabra Herida con su relato "Voces", el cual fue seleccionado para su publicación en Instagram y Facebook.

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