martes, 4 de febrero de 2025
"Teoría del Caos" poemas de DC Forero
lunes, 3 de febrero de 2025
"Pájaros y lunares" poemas de Eduardo Mosches
El sol ha decidido desgajarse
en oleadas intensas de calor,
las cuáles sin conmiseración alguna
convierten hojas de árboles,
como a mi propia piel
en casi brasas .
Debo decir que después de caminar
bajo este cielo tórrido,
ardientes sensaciones
pasean sin conmiseración,
lo cual ha dado como resultado
que mi propia sombra
se ha ido incinerando,
y por lo tanto,
me he quedado
sin mi más cercano acompañante.
La soledad me aflige.
Pájaros y lunares
observo sus formas
los dedos escalan en la calidez de su piel
levedad
mi lengua se entretiene en percibir sabor
en el mareo de los giros como el de este planeta
el sol del pubis
tibieza en mis dedos
lago calmo al inicio del viaje
los lunares entretejen melodía en mis ojos
valle del descanso
empujo mi persona en su persona
ahondo ahonda
miel de noche de otoño
en las gotas de este verano interior.
Los pájaros picotean los granos
mas allá de la ventana.
Caminar
caminar sobre la la tierra húmeda
hace un poco difícil el paso,
pero sin preocupación continúo
en este deambular que desea encontrar algún trébol de cuatro hojas,
esas flores de amarillo intenso que marcan un camino hacia el sol atardeciendo,
algún perro vagabundo que pueda guiar a encontrar lo inesperado.
Sigo caminando en esta tarde de otoño,
mientras el calor se va ocultando,
descubro esa fosa perdida en pleno monte
donde a las risas jóvenes las han convertido en huesos secos.
Los clavos
a una casa donde las ventanas rotas
se movían rezongando
al ritmo de un viento nocturno.
En la gran sala era posible ver
los cuerpos de niños muy pequeños
que tenían introducidos sobre su piel y carne
cortos clavos
tachuelas de zapatero sobre los hombros
el pecho y piernas.
No había presencia de sangre coagulada.
Los cuerpos respiraban con tranquilidad
no se escuchaban gemidos.
El silencio era doloroso
ante el estruendo de esta imagen.
Tomé un cuerpo pequeño y ligero
en las manos sentí la dureza de los clavos.
No hubo quejido alguno
me dolían mis manos y mis ojos
el grito contenido deformó mi boca.
Logré que el sueño me abandonase.
En la saliva de mi boca
quedaba el sabor infame de los clavos.
Los cuerpos me rozan al inicio con cierta timidez,
después el tiempo que transcurre,
la costumbre obligada,
hace posible mirar, un tanto de reojo,
las arrugas que se deslizan labradas en la piel.
Los cuerpos se tocan con poca lascivia y mucha incomodidad.
El movimiento impulsa un cuerpo contra otro,
la piel y sudores despiden intensos aromas,
una mirada rápida a los ojos ,
del color no me acuerdo,
cabelleras envueltas en un tiempo sin agua.
Y así día a día
el vagón del metro nos mece
mientras espero ansioso que la puerta se abra
subir hacia la luz y palpar el propio cuerpo
para sentir que ninguna parte del mismo
ha sido arrebatada.
*Eduardo Mosches. Mexicano de origen argentino. Nació en Buenos aires en 1944. Vivió en Israel de 1963 a 1970. Tomó un avión hacia Berlín, donde estudió Ciencias Sociales en la Universidad Libre de Berlín, Alemania Occidental y se dirigió hacia Argentina en 1974. Después en 1976, llega a México. Fue coordinador editorial en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México diez años., hasta el 2012. Fundador y director de la revista literaria Blanco Móvil, desde 1985. Ha publicado una decena de poemarios.Entre ellos se encuentran los Tiempos mezquinos (1990. 2023),Palabras en el desierto (FCE2023). Ha colaborado en periódicos y revistas en México, Argentina, Alemania, Brasil, España, Estados Unidos, Israel, Italia, Chile, entre otros. Ha recibido varios premios nacionales como poeta y editor de revistas literarias. Ha sido traducido al alemán, árabe, italiano, portugués, hebreo e inglés.