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jueves, 14 de noviembre de 2024

"Los Churripianos" microrrelatos de Franklin Aristizabal Yustes

 

LOS CHURRIPIANOS.

Sus antenas me indicaban que el avión estaría por acercarse en muy poco tiempo; sus colitas que algo duro estaba por llegar. Fue entonces cuando agarré mis corotos, mis perros y le dije a mi familia que debíamos salir de allí, porque de lo contrario nos podrían hacer daño. Cada vez los Churripianos me explicaban que el caminar rápido nos salvaría de una tragedia.  

Y sí, fue cuando los silbidos de bombas reventaron los tímpanos de mis oídos mientras a lo lejos mis vecinos caían, mal heridos y otros inclusive muertos. Los Churripianos en medio de su angustia nos dirigieron al camino correcto para estar a salvos.

-        Lo que no contaron de la ciudad, es que sería peor que la guerra en el campo.-    

 

EL CHOFER QUE NO COBRA EL PASAJE

Me subí al bus y vi personas de todos los tamaños, colores de piel y edades. Unos con caras tiernas, tristes e incluso malvadas. La música sonaba, algunas del siglo XX y otras de este tiempo. Niños de brazos solos, abuelos con bastones, hombres y mujeres vestidos de blancos y otros no tan claros.

El camino tenía varias facciones, pues en ocasiones era tenebroso, algunos allí se bajaban; otros se quedaban en parques con flores preciosas compuestas como colgantes babilónicos. Al finalizar la ruta le dije al chofer:

-          ¡señor ¡¿dónde me dejará?

-          Tranquilo joven, aun no es tu fecha; pronto despertarás del coma.

-            

EL MONTE DE HIELO. 

Mientras corría por salvar su vida le dije:

-          ¡Ten cuidado, que las bombas en cualquier momento nos pueden caer ¡

Al avanzar un golpe me dejó inconsciente sin poder continuar mi camino. Creí que había muerto y que tal vez mi alma andaba en pena, pero al tomarme la cabeza me fijé que aún estaba de carne y hueso; también me quedé recordando atónito en aquel monte donde un bloque de hielo, al caer sobre mi cabeza, fue lo que me salvó claramente de la muerte.

Mi compañero, por el contrario, no dio con la misma suerte de caerle un bloque de hielo sobre su cabeza, diverso a esto, fue un misil quien desapareció por completo su ser.

 

*Franklin Aristizabal Yustes, Nacido en Florencia Caquetá, Colombia el 21 de enero de 1994. Profesional en Ciencias Sociales, egresado de la Universidad de la Amazonia. Ha sido partícipe de varias antologías entre poesía, cuento infantil y Microrrelatos; destacándose en Editoriales colombianas, tales como Komala Ediciones y Mi máquina de Escribir; Revistas digitales, Escritores Rebeldes y Aventuras de Papel, esta última de la República Argentina (obteniendo reconocimiento por su Relato LA LLORONA AQUÍ NO LLORA; PUES NO HAY NIÑOS QUE LLORAR).

 

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