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viernes, 21 de junio de 2024

"Monólogo del pájaro" poemas de Hernando Guerra


El patio de mi casa

Mi casa sobre la orilla del abismo
al lado de las nubes
territorio del viento
es una comodísima mansión
de precipicios
Su patio: el largo vuelo del pájaro


La casa

En este lugar del ruido
donde se levanta una ciudad de miedo
tuve alguna vez mi casa
de ventanas abiertas al silencio
de puertas a la luz
Tuve alguna vez mi casa
donde la hamaca cuelga de la sombra
y el pájaro canta canciones de ausencia
Casa de caminos que se alejan
que se pierden más allá de bosques y de arroyos
de veredas que transpiran detrás de las colinas
olor a verde, a esencia vegetal
Casa donde el verano pulsa los hilos del fuego
y en el techo intacto la lluvia sonríe
salta de gozo, repica de alegría
Casa de partos como auroras
de tardes doradas
de noches en que la luna crece
cuando el sueño inventa grandes reinos azules
Casa por donde cruza un río sin orillas
un tren que viaja entre montañas
un viento de alas largas
En este lugar del ruido
donde ahora se levanta una ciudad que hiere
tuve alguna vez mi casa
de patio sombreado


Monólogo del pájaro

En este árbol construiré mi casa
lejos del ruido que apaga la aurora
Más allá del polvo que cubre las alas
sepulta los sueños
ahoga el silencio
En este árbol construiré mi casa
lejos de la esquina azarosa
donde la noche tiembla
Nido de verano
sobre este árbol en que retoza el viento
y el paisaje cuelga
racimos de distancia
Casa y canto en este árbol lejos de la calle
más allá de la esquina
donde la huella gime
el vuelo sangra


Albedrío

De los escombros elige el que te guste
Hay azules, cielo despejado
para aquellos que sueñan paraísos
donde la luz no alcanza
Hay verdes, como el vientre del bosque
colmados de hojas y de alas
Los hay rojos como la espina, la gota de polvo 
o de fuego en cada verso, en todo vino
De los escombros elige el que te guste
Hay variedad de grises olor a bruma
El negro escondido en algún lugar de la tiniebla
El blanco páramo
El que inventa el calor de la canícula
Puedes llevar los colores del sol y de la flor
acaso el lila el magenta el rosa
Puedes llevar los colores de la luna y la semilla
los oscuros colores de la tierra
Puedes llevar el amarillo dorado
como el alba o la tarde
como fruto maduro
como ese viento que danza en los trigales
De los escombros elige el que te guste
Sólo tú sabes el color de tu miseria


Hemos recorrido por siglos la ceguera 

y es tiempo de encender el candil de la mirada. 
El sol restaura el origen, despierta los pájaros, 
su fruto y la fronda. Venga y se presente. 
Diga su añoranza, su dolor de parto, 
el largo viaje de la noche. Aparte con los pies 
desnudos la hojarasca. Diga quiénes somos 
y nos acoja en su destello. 
Alumbre el rostro colmado de ausencia.


*Hernando Guerra. Armero Guayabal, Colombia, 1954. Poeta y ensayista. Premio Dámaso Alonso Academia Hispanoamericana de Buenas Letras, Madrid 2017. Ha publicado doce libros de poesía, tiene tres inéditos y hace parte de una treintena de antologías. Su obra ha sido traducida parcialmente al mandarín, inglés, francés, italiano, portugués, hindi. Respira, lee y escribe en Armenia Quindío.
                                                                               

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