INSTRUCCIONES PARA DAR
UN BESO
Lo primero que
debe hacer es enamorarse o -por lo menos- encontrar a quién besar. Vaya a un
lugar privado o busque una calle, un parque, unas escalas, un bosque, una acera
o un ascensor. Cualquier lugar es apropiado, desde que no
pierda de vista la intención. Inicie de una manera clara y desapercibida,
poniendo un tema que sea jovial; es decir, no hable con atropello, desencanto o
sin razón. Vaya despacio, no haga promesas y ni se le ocurra mentir. Utilice la
jocosidad, pero con mesura, para que no sacrifique el momento. Fíjese bien en
sus ojos, descienda por la puntica de la nariz, pero no se acerque mucho a su
boca; vaya a las mejillas o quédese en el mentón. Disimule mirando su cuello,
sus hombros o incluso sus brazos. Pero no se desvíe demasiado en lo que pueda
ser motivo de distracción. Y acérquese algo más, aunque sin provocar nervios o
desazón. Concéntrese, conserve la calma, mire bien sus ojos y con valentía,
busque sus labios, no lo dude; hágalo, siéntalos con suavidad y no los presione
mucho, saboréelos como si fueran un delicioso dulce de chocolate, fresa o
melocotón. Cierre sus ojos para que no cause susto, entreténgase, despacio,
lento; piense que es el primero y el último beso de su vida. Vaya de extremo a
extremo, pero sin afán y por nada del mundo utilice su lengua, porque puede ser
peligroso. Mejor, interrumpa, disfrute de su rostro y, sobre todo, de su
mirada, y hágalo de nuevo; acérquese con más naturalidad, con la seguridad de
que esta vez el cielo le será más próximo, pero no se exceda, guarde algo para
después, porque es mejor dejar la sed y no levantarse tan saciados como para no
volver; al fin y al cabo, un beso no es más que otra manera deliciosa de vivir.
INSTRUCCIONES PARA
SENTIR MIEDO
Despierte con
la sensación de que alguien lo persigue. Ponga en el piso su pie izquierdo y
permanezca a oscuras. Imagine que un ser extraño está en frente, que lo mira de
una manera artificial; que mide su falta de valor, porque sabe que Usted es un
cobarde. Permanezca en los alrededores de la puerta y permita que las dudas
sean reales, algo así como aceptar que el riesgo es inminente. Escóndase donde
lo encuentren fácil, quédese en los lugares tenebrosos y coleccione objetos
fúnebres. Crea en todo: en la mariposa marchita que surca el costado estrecho
de la calle, en el gato negro y encorvado, en el azar de lo oculto que se
enardece y se muestra como emocionante; en el ardid, en el agüero. Acepte las
emboscadas del engaño y los simulacros de lo cierto, pero no suponga que le
llegan los soplos de la ventura, que una luz delgada le profetiza bendiciones;
que un aroma se cristaliza en los océanos del aire. Manifiéstese inquieto y
asustadizo, con el tono opaco de las palabras soleadas, con el ceceo indiscreto
e iletrado. Ame al terror como a uno de los grandes síntomas de su flojedad y
parodie el temblor como a un defecto sin cerebro. Tenga la seguridad de que
seres ficticios lo husmean y conspiran sin parar. Duplique los supuestos
atentados de muerte contra Usted, así el peligro haya pasado y los traidores
habiten sus sueños. Sea avaro con las ideas, liviano cuando se trate de
temores. Por lo demás, antes de dormir, dé como regalo su confianza a los
espantajos de la angustia, porque recuerde que el
miedo es una sombra que tenemos en los ojos.
INSTRUCCIONES PARA
CAMINAR BAJO LA LLUVIA
Para caminar bajo la lluvia, tendrás que dejar de lado tantos
prejuicios, digo: el qué dirán; los temores por una gripe, el horror para
muchos de verte empapado y en peligro. Sí, cuando te des la oportunidad
milagrosa de hacerlo, no lo pienses dos veces: sal a la calle con la sensación
de que es un día inesperado y asombroso, en el que te estarán esperando las
cosas más sublimes y simples; un día del que no te arrepentirás. Por eso,
saldrás con la serenidad de los que son dueños de sí, caminarás con la pausa de
cada respiración; cerrarás tus ojos sorprendidos por el sereno, sentirás cada
gota como si fuera una caricia de ensueño y encanto. Pero no podrás quedarte
dormido, tropezarías y romperías el cristal de tu nariz o de tu boca; incluso
tu corazón saldría también lastimado. ¡Hazlo! Respira, sonríe, respira; mira a
tu alrededor y extiende tus brazos como aves de paso; abrázate a la lluvia para
que, entre plena en ti, para que haga sudor tu tristeza -si es que la tienes-,
para que aderece tus mañas y haga rebosar tu espíritu de paraíso y libertad.
¡Adelante! Déjate llevar por la humedad del deseo y sorpréndete. Sonríe,
respira, sonríe; consciente de que se abran tus poros para que entre el rocío y
salvaguarde la emoción. Mira a lo alto, haz que la gratitud sea el augurio de
algo mejor, pero no por mucho tiempo, podría caer un granizo que te rompería
los espejos del regocijo y la diversión. Respira, porque siendo agradable la
compañía, aferrarse a su mano, será tan fácil como sentirse en el aire, saberse
uno y danzar, danzar; ir de aquí para allá, como si uno no se sintiera, como si
no se conociera nada de sí. Sonríe, jamás se oyó decir que la lluvia lastimara,
que el frío hiciera de las suyas en la piel del corazón. Sonríe, la lluvia no
es más que tu alma gemela que te llama y celebra la libertad del amor.
MANUAL DEL DESAPEGO
De su manera de
percibir, jamás entregue lo que siente y no haga terrible su partida, antes
bien, es indiferente que exista; al diablo sus derechos de perfecta y
distinguida, cada privilegio de su exilio. Busque, aunque todo se haya
perdido, en la infrecuente manía de lo adverso, no calle sus enojos,
y en el hastío, celebre su aventura; otros labios de fresa con aroma, harán
claro el inicio de sus días con nombre de romance
y necedad.
No se ofrezca al desenfreno, escóndase del preludio y sinsabores de lo extraño;
vaya al tope de lo momentáneo, déjese tocar de lo intocado. Por lo demás,
recuerde que es Usted la razón para vivir, un motivo persistente de alegría, la
manera como se duplican los elogios para aquel que se enaltece en el dolor sin
que haya ruido en sus palabras ni la rabia comprometida de secretos.
MANUAL PARA VENCER A UN ENVIDIOSO
Si pretende
alcanzar lo que quiere, y de paso conjurar la emoción que le implica a una
persona envidiosa estar muy pendiente de Usted, es primordial que tenga en
cuenta algunas estrategias que le ayudarán. Si está acostumbrado a ganar y el
triunfo le es propicio, evite el alarde en exceso y prefiera la prudencia, al
momento de la celebración. Recuerde que los tiempos han cambiado y así tenga
más que los demás, no lo muestre; mire más allá, busque siempre vivir mejor y
consienta que los demás lo hagan como les parezca. Lo
dijo Napoleón: La envidia es una declaración de inferioridad, trae consigo la desazón, incluso el
sufrimiento y la infelicidad, imposibilita que los sueños tengan boca, brazos y
hasta corazón; que no se personifique la propia vida y se quiera estar en la
película de otros a menester del desaliento, la perdida del interior y la ira, dé su toque de crueldad. Por eso, preocúpese
de sí, de hacer de las victorias de los otros, un reto más para continuar sin desfallecer.
Sueñe despierto y trate de sobrepasar sus límites, busque en su mente los hasta
dónde y no conceda cita a la maldad. Supere sus metas, no se trata de
rivalizar, menos de justificar lo que no hay que justificar. Su virtud no será el resultado de ver mal al que está cercano. Siéntase
como se quiera sentir, nada de soberbias, palabrerías y adulaciones con aires
de conde. Procure ser amable, la cordialidad es el toque secreto para ser
aceptado, cultive con esmero el buen humor, pero tampoco se exceda; mire que,
de la broma al sarcasmo, sólo hay un paso y esto podría ser adverso en las relaciones con el
prójimo. Recuerde: Usted no es indispensable para nadie, somos parte de un gran
engranaje universal y hasta el más pequeño aporta para la salvación de todos. Porque,
ser feliz implica
reconocerse con el otro, buscar y encontrar los caminos de la verdad. Sonría a
menudo, es de inteligentes salvaguardar la fe, la esperanza y, sobre todo, la
caridad. Para vencer a un envidioso, no lo enfrente, no le diga nada; es
simple, mírese al espejo con humildad, inmortalice la expresión apacible de su
alma para que su espíritu logre con alegría su libertad.
*Omar Gallo, oriundo de Itagüí, Antioquia, nació el 7 de enero de 1960. Es reconocido como poeta, escritor, corrector de estilo y monitor de literatura, con una destacada trayectoria en el ámbito cultural. Graduado en Gestión Cultural por la Universidad de Antioquia en 2012, Gallo ha publicado ocho libros que abarcan una diversidad de géneros, desde versos cortos hasta prosa poética. Su obra ha sido galardonada con la prestigiosa Pluma de Oro del Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena de Indias en agosto de 2023. Además, ha contribuido al mundo literario obsequiando 30,000 copias de sus poemas en forma de volantes y ha tenido la distinción de ver sus obras traducidas y publicadas en revistas internacionales de renombre. Gallo es miembro activo del Movimiento de Poetas del Mundo desde 2008 y ha participado en numerosos eventos literarios tanto nacional como internacionalmente, incluyendo festivales de poesía en La Habana, Medellín y Cali. Su compromiso con la promoción cultural se refleja en su labor como fundador y director de varios talleres de escritura en Antioquia, así como en su rol actual como Tallerista de Poesía en la Casa de la Cultura de Itagüí y Monitor de Literatura en Barbosa. Además, es socio de la Conferencia Mundial de Escritores de Haiku y ha tenido haikus suyos publicados en la World Haiku en 2014.