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viernes, 2 de febrero de 2024

"Con-pasión" poemas de Víctor Toledo



CON-PASIÓN

Él tenía compasión porque los árboles dormían de pie
(Porque morían así
O ahorcados por un huracán)
Porque el agua no dejaba de correr
Ni la cascada de reír o de llorar.
Tenía compasión porque era su pasión
Porque así el mundo para él era mejor
Una lección de comprensión por el otro
Que es su verdadero Yo
(Lo que Cristo o la Poesía le dejó).
Tenía compasión por el amor
Que no dejaba alguna vez de odiar o de sufrir.
Y porque había que perdonar.
Compasión por la pérdida de la pasión.
Y por el sol que cada noche se apagaba
(Más y más)
O las estrellas que dejaban de brillar
O creían perderse como Melusina
Por siempre en el  arroyo
De la metamorfosis
Ofelias ahogadas por el peso de la luz de sus vestidos
Perséfones raptadas por el Hades
Muchachas de cabellos blancos
Coro de Kores, Fonías, sin-fonías.
Y por las nubes que perdían su forma
Por culpa de su Forma
La forma, el retrato, del instante.
Por los días como hojas de oro del otoño
Por las noches de metal
Ya olvidadas del nahual,
Esas cuevas de tesoros en sí mismas sepultadas
Y las brujas que ya no podían volar
En la luz artificial de las ciudades.
Compasión por los palacios de madera de Estambul
incendiadas arcas de Noé
En el diluvio de la nada.
Compasión por los que no tenían compasión
Por el tiempo y su ilusión
Por la hetera o luminosa eternidad
Porque aún escurre oscuridad.
Compasión por el lado oscuro del azul
Por el lado enfermizo o vergonzoso del verde o amarillo.
Compasión por el niño que envejecía cuando crecía
Alegremente
Por sus rostros que olvidaba, y capa tras capa acumulaba,
Máscaras más caras para el padre,
Por el viejo que era un niño.
Compasión porque al envejecer
Sus hijos dejaban la casa poco a poco
Y era un niño abandonado por sus padres.
Porque no jugó mucho con sus hijos
Y mayores no hablaron suficiente
Como no lo hizo con su padre cuando éste lo buscaba.
Compasión por su falta de sueño
Porque en él se reencontraba con mamá y con  papá.
Por la belleza de la prostituta
Y por su comprador.
Por los pobres y los ricos
Su miseria y sus hambres tantálicas sin fin.
Por el albañil que construía
Castillos que jamás alcanzaría
Y se consolaba con el retorno a su barraca
Bajo el techo de alba azul y la cúpula dorada
Como si el mundo fuera su palacio esplendoroso.
Por el humilde jardinero que amaba el jardín dorado
Como si fuera suyo
Y las rosas a él solo esperaran
Y sólo a él dijeran sus cósmicos secretos.
Por la juventud que esplendía
Sólo un día como un dios.
Porque Dios era sinónimo de eterna duda
Y Él mismo de su Padre al fin dudó
Mas no del éter de la eternidad.
Por los dioses olvidados por sí mismos.
Por la vida que vivía por la muerte
Porque ésta se compadecía de la decrepitud y enfermedad
Porque servía al renacimiento
Sin ninguna comprensión.
Porque así fue hecho el mundo.
Por los pueblos eternamente engañados
Por gobiernos de izquierda o de derecha.
Compasión por las madres que no podían dar a luz
Esta oscura luz de la resurrección.
Y una cósmica compasión por los padres que perdieron a sus hijos
En la pérdida del alma del país:
Catástrofe universal de la bio-lencia
Porque un hachazo cósmico
Les tajó la continuidad de su inmortalidad
Y estaban solos verdaderamente
                                                        Solos en el infinito.
Y los padres azorados de los jóvenes suicidas
Por el profundo sinsentido.
Compasión por su compasión.
Por Él mismo que es el Infinito.
Que es su Padre.
Por los bosques que se esfuman:
Y el insomnio de sus aves.
Por la aceleración del tiempo
Que lo arrastra a su final
Arroyo cayendo en el hoyo oscuro de su yo.                                                                  
Por los mares y los lagos que son sólo secas cicatrices.
Por el cosmos y su gravedad en grave edad.
Compasión por las piedras del camino que no quería pisar
Obstinadas en no llorar ni hablar
Por su brillo o por su opacidad.
Compasión por la mala hierba que arrancaba
(Como jardinero)
Porque no era mala y no tenía lugar.
Tenía compasión por el iluso
Y por quien no tenía ilusión ni creía en Dios.
Compasión por la alegría
Que no debía perder (ligeras alas).
Compasión por él y por la compasión
Que no olvidaba la ironía.
Compasión por los poetas pedantes y grises como campos
Infestados por los grillos.
Compasión por sus amantes porque sus peleas
Debieron terminar en risas.
Y  porque amó a quien no debía
Y a quien debía de amar nunca la amó.


CARACOL

¿Qué cargas sobre tu espalda?
¿La luna de miel, de chocolate?
¿Una ola del mar muerto?
¿La cruz feliz de una casa?
¿Mi biblioteca de la infancia?
¿Mi casa de madera?
¿Mi cara dormida mis sueños: los sueños?
¿La col de García Lorca?
¿El mundo?
¿El universo?
¿El universo es café?
¿La lluvia, los tréboles, el río el subconsciente, la Cábala?
¿La sonrisa de la risa
La risa de la sonrisa?
¿Mis secretos los secretos?
¿Mis versos?
¿El sol negro de la melancolía?
¿La estrella radiante de la alegría?
¿Un bosque de hadas, duendes y brujas?
¿Una cómoda sala de cine con las mejores películas jamás filmadas?
¿El tiempo la eternidad?
¿La noche?: ¿Mi soledad llena de sol?
¿El brillo de los días sus dioses
                                                       sin adioses?
¿La llave de la lluvia universal?
¿Todas las palabras de todos los diccionarios?
¿La espiral de la Torá?
¿El azar –el rayo- esplendoroso del Zohar?
¿El destino y el cosmos?
¿Mi infancia?
¿Mis noches llenas de magia?
¿Toda la selva y el mar?
¿La verdadera imagen de ella?
¿Mi alma, su alma, el ánima mundi?
¿Una ciudad
Donde cada pareja se encuentra y se ama y no se apaga la luz?


ALLÍ

Allí donde la oportunidad se ha perdido
Pero el cisne no quiso soltar
Su último canto
Allí esconderé la noche
Encerrada en la caja de Pandora
Para que mis palabras derramadas
Durante largo tiempo
Se conviertan en estrellas
Y estas en el oro
Que jamás toca el cambio

Allí me fortificaré
Sin mortificarme
La necedad no es lo mismo
Que la necesidad
Y el héroe no debe forzar nada
En su destino
Y el Dios debe ser llamado
Y abrazado en el fuego
De quien lo amó y llamó.

Allí donde quiso lastimar
Donde la desilusión
Se desnudó en fealdad,
Sólo creció la fe:
La yerba encendida con la lluvia
Con tréboles brillantes
Y esmeraldas que aroman a los siglos,
La catedral del Cosmos
Con vitrales azules y silencios topacios
Y las canciones más hondas
Las más altas y bellas.

Donde deseó destrozar
Y desterrar lo sagrado
Pues la maldad es una falla del origen
Y sus raíces enredaron a su corazón
Y asfixiaron su mente
Sólo se enriqueció la certeza del Ser
Y lo terrible es la semilla milagrosa
Del gran árbol de manzanas de oro
Y dulcísimas de fuego.

*Víctor Toledo, 1957. Doctor en Filología Rusa U. LOMONOSOV DE MOSCU, 1991. Investigador del Posgrado en Literatura Hispanoamericana, BUAP. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. PREMIO NACIONAL DE POESÍA JOVEN 1983. Becario del CENTRO MEXICANO DE ESCRITORES (84-85), INBA (85-86). De Traducción CONACULTA, 2003. Creadores con Trayectoria, en cuatro ocasiones, Veracruz, Puebla (2011 y 2015, entre otros años). VERACRUZANO DISTINGUIDO 2004. MEDALLA DE HONOR PRESIDENCIAL PABLO NERUDA, Chile, 2004. ANTOLOGADO EN: Veracruz Dos Siglos de Poesía, CONACULTA, 1991. La Rosa Escrita. Breve antología poética de la rosa en lengua castellana, Aldus. México, 1996. El corazón prestado (El mundo precolombino en la poesía de los siglos XIX y XX), Cal y arena, 2004. Dos siglos de poesía en México, Tlaxcala, 2010. Antología General de la poesía mexicana, Océano, 2013. El águila en la serpiente. Muestra de poesía mexicana actual. Leviatán, Argentina, 2021.

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