Si el ocaso te aleja la visión
de las cosas y empiezas a dejarte
ir; si no escuchas ni el canto del mirlo
que hace eco en la luna donde descifras
las costuras de tu rostro, el enigma
de tu mirada, la unánime duda;
si en un delirio ves toda tu historia,
mientras esperas lo que desconoces
—que no son el poema ni el amor—,
pero sabes que no llegará, indaga
el infinito; de ahí viene solo
el susurro de alas del colibrí.
***
EL COLIBRÍ
Hoy me levanté más temprano que otros días;
la pesadilla de anoche fue la peor:
soñé que Benito Mussolini
gesticulaba y daba órdenes imprecisas.
(Otras veces he soñado que Borges
no está ciego y camina tranquilo
por una ancha avenida sin nombre.
Me levanto con dudas, pero feliz.)
Hoy desperté angustiado, con dolor de cabeza
y sin atinarle a nada,
aunque no hubo balazos ni bombas en la somnolencia.
Salí a respirar al jardín, a tratar de
ordenar el caos de esos desvaríos,
a ver la nada.
De pronto apareciste y tu aire
me devolvió la realidad mientras abrías el alba.
***
Colibrí tornasolado,
a 1,200 latidos
por minuto el corazón
que te sostiene en el mundo
se llena de poesía;
con 90 golpes de ala
por segundo permaneces
detenido en el eterno
instante de luz, color,
mientras absorbes esencias.
Zunzuncito picaflor,
corazón de la metáfora,
en tu alegre vuelo a todos
lados llevas zigzagueante
la revelación del caos,
la semilla del arcoíris.
*Carlos López obtuvo los títulos de maestro de educación primaria urbana en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche, de licenciado en lengua y literaturas hispánicas y en estudios latinoamericanos, y el grado de maestro en letras en la Universidad Nacional Autónoma de México.
de las cosas y empiezas a dejarte
ir; si no escuchas ni el canto del mirlo
que hace eco en la luna donde descifras
las costuras de tu rostro, el enigma
de tu mirada, la unánime duda;
si en un delirio ves toda tu historia,
mientras esperas lo que desconoces
pero sabes que no llegará, indaga
el infinito; de ahí viene solo
el susurro de alas del colibrí.
***
EL COLIBRÍ
Hoy me levanté más temprano que otros días;
la pesadilla de anoche fue la peor:
soñé que Benito Mussolini
gesticulaba y daba órdenes imprecisas.
(Otras veces he soñado que Borges
no está ciego y camina tranquilo
por una ancha avenida sin nombre.
Me levanto con dudas, pero feliz.)
Hoy desperté angustiado, con dolor de cabeza
y sin atinarle a nada,
aunque no hubo balazos ni bombas en la somnolencia.
Salí a respirar al jardín, a tratar de
ordenar el caos de esos desvaríos,
a ver la nada.
De pronto apareciste y tu aire
me devolvió la realidad mientras abrías el alba.
***
Colibrí tornasolado,
a 1,200 latidos
por minuto el corazón
que te sostiene en el mundo
se llena de poesía;
con 90 golpes de ala
por segundo permaneces
detenido en el eterno
instante de luz, color,
mientras absorbes esencias.
Zunzuncito picaflor,
corazón de la metáfora,
en tu alegre vuelo a todos
lados llevas zigzagueante
la revelación del caos,
la semilla del arcoíris.
*Carlos López obtuvo los títulos de maestro de educación primaria urbana en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche, de licenciado en lengua y literaturas hispánicas y en estudios latinoamericanos, y el grado de maestro en letras en la Universidad Nacional Autónoma de México.
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