Adiós a Mónica Vitti
Te
fuiste: la puerta está cerrada.
Ya
sin dar tiempo al tiempo
Vuelan
las gaviotas
Rumbo
al río Tíber
A
buscar el aliento divino
De
otro invierno en Roma…
Se
han caído las hojas del piñonero,
La
fachada del Panteón
Luce
su gris morado
De
un día donde la gloria
Confundía
momentos de otros muertos
Con
la bendición
De
una esperanza…
Tú,
no…tú eras azul de metileno
En
el arrastre de tu voz sensual,
Tu
aventura perdida
Era
la noción del tiempo
De
una dama perfecta…
Ensayaste
la forma clásica de besar a Delon
Dejando
los labios
Entreabiertos
hasta que parara
Para
siempre de llover.
Fuiste
la amante fiel de los misterios,
La
danzarina perpleja de una africana
Bajo
un eclipse de sol,
La
desconcertada y triste heredera
En
una noche de fiestas,
La
silenciosa perdida en el hambre
En
un desierto
aterrado
de color.
Ay
Mónica Vitti,
Aun
se cubre de cristal la pantalla
De
los cines
Con
el mismo negro y blanco de tu mirada,
El
cabello rubio,
Las
nalgas perfectas.
Te
entregaste al sutil encierro
De
un poco de amor
En
el contexto eterno
De
una noche de cine
Con
las luces apagadas
Descansa
en paz, actriz, modelo,
Divina
Deja
salir al vuelo tus alas enredadas
En
el celuloide de la era
Y
permíteme pensar
Que
otro ángel, algún espíritu perdido
O
cualquier ser extraordinario,
Pueda
a estas horas estar abriendo las puertas del cielo
Para
que comiences tu próxima película…
Muerte muriendo
La muerte yace muriendo
Su muerte vieja en Oporto,
Duerme encerrada en cristales
Bajo un manto penumbroso
Lentas, por su condición
de piel morada de nudos
las sombras, sombras en gris
con lenguas lamen los muros.
Vestida de lila hundido
Tras la luz de la mañana
Parece la muerte muerta
Que está esperando en silencio
la noche negra de estrellas.
Viene la muerte muriendo
Con su silencio lacónico
Bajo la luz de una vela
En una iglesia de Oporto
Azul en sombras la niebla
le cae sobre los huesos
Le dibuja viejas líneas
De años sin remordimientos…
Yace la muerte escondida
Detrás del cristal tranquilo
Sin absolutos ni formas
Ni presentes indecisos.
Con el pasado amarrado
Por las sombras de su idilio.
Sabe que nunca andará
Por las orillas del Duero
Ni buscará una carroza
Que la lleve a un punto ignoto
entre las murallas blancas
De la Estación de Sao Bento.
Está allí, yace allí ella,
Hace años maquillada
En la sed de su tristeza…
De ser la muerte muriendo
En la negación doliente
Que solo sabe anunciar
Con su proceso: más muertes
Más muertes.
Secuencias
En el momento de la pasión
Tres velas encendidas mueven su llama
Al costado de una ventana abierta.
Las cortinas del cuarto avanzan
Sobre las sombras de la penúltima noche.
Se oye, lejos en la distancia,
El aullido de los perros.
Todo esto: en el momento exacto,
Cuando la espera se hace imprescindible
Los termómetros de la piel
Asumen la calentura de marzo 25,
Mar, arena, sal y caracoles
Revientan sus burbujas
En los pies del caminante.
¡Ha llegado el momento de la pasión!
Los números impares se revuelcan con las palabras
De algún idioma muerto,
El gemido de otros labios se torna absurdo
En la trabazón de la lengua.
La fatalidad se apodera de la poca luz
Entre las sombras,
Y los charcos de saliva
Se acomodan sobre sábanas y cobijas.
Todo esto: en el lapso en que la pasión
Nos encuentra,
como luna nueva que, acechando la noche,
lanza un relámpago del más allá de la consciencia
Para inducir el más terrible ataque de deleite.
Ya que cuando el momento
De la pasión acecha,
En ese mismo instante,
Inflamación, vaho, enajenación
Locura, peste, contagio, brujería:
Se une la hora más alta de la noche
Al calor infinito
de dos cuerpos en penumbras
guarecidos por fantasmas
en busca de la redención.
Resucitado
Están buscando a alguien
Para que acabe de asesinar
A Lázaro de Betania.
Que usen cualquier arma,
Donde quiere que lo encuentre.
Lázaro transfirió un día su muerte
Desde un milagro hacia la otra vida:
Dos milenios atrás en una aldea
Donde vivía junto a sus hermanas.
Lázaro salió de la cueva desorientado;
Los trapos limpios
Como aquel día primero,
Lágrimas secas en los ojos
Sueños perdidos en la mente
Oscurecida por el infinito.
Tocó la luz del sol a media tarde
Y el reflejo amarillo
Se sembró en su cabeza:
Cantos de búhos desgarraban el aire
Con ecos invisibles,
Y el mundo se hizo tan largo
Tan extremadamente largo
Que Lázaro perdió su rumbo a casa…
Por cientos de años
Se hundió en los arenales de Wadi Rum,
Y en las nieblas densas del Metula
Los fuegos del Bosque Carmel
Le quemaron los soplidos
Que espantan la soledad del hombre,
Hasta que un martes de noviembre
Llegó al puerto de Haifa.
Se tiró en una esquina a observar en silencio
Los enormes edificios que con dedos de púas
Parecían destripar las nubes a pedazos,
Y al caer la noche de esa primera noche,
Abandonado y solo
Marchó directo a la orilla del mar
A consolar su llanto…
En el reflejo del agua
Mezclada con el vaho de la luna
Lázaro vio su cara vieja de viejo engurruñado
Viejo antiquísimo, viejo magullado.
Y lloró aún más al comprender
que la mortalidad tan vieja como él,
bruja y arpía tocaba a las puertas de la muerte
solo una vez en la vida.
*Félix Rizo,
mejor conocido por también por el seudónimo de Cristiano M. Jaime nació en la
isla de Cuba de padre cubano y madre de descendencia portuguesa. Reside en la ciudad de Miami, pero vivió la
mayor parte de su vida entre Nueva Jersey y Nueva York. Todas sus poesías, dramas
teatrales y novelas giran sobre el tema central de la realidad paralela o
paralelismo que el autor maneja con buena precisión literaria. Ha escrito desde
los 12 años y publicado, entre otros:
cuentos: De Mujeres y Perros,
Cuentos de Caronte; novelas: El Mundo
Sin Clara; El Extraño Viaje de una Salamandra; La Eternidad en una Hora. Tiene cuatro libros de poesía
publicados: Pasado Pluscuamperfecto, El
Extraordinario Moño de una Dama, los Poemas de Facebook y la antología: El
Tiempo es para Siempre. Sus obras de teatros han sido presentadas en Nueva
York, Lisboa y Miami. Es editor de la revista Rácata de arte que se distribuye
en Miami, NY, y Latinoamérica.
Premios: Guardarraya de Ensayo. Cuando Cabalgan los Tigres. Premio Casa Poseída, Nueva York, segundo lugar. La Divina Garza Envuelta en Huevo. Premio: Cien Poemas por la Paz de Colombia. Poema: Por una luz color blanco Primer Premio de la Audiencia del Festival de Teatro LGBTQ de Miami los años: 2017 y 2018 por sus obras: Un hombre en la Ventana y Trama.
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