martes, 31 de agosto de 2021
"Atrapa sueños" obras de José Serrano
"Pedales al borde de la montaña" relato de Alejandro Aristizábal
El
día estaba espumoso, las nubes se tambaleaban entre montaña y montaña cubriendo
el pueblo en una luz suave. El televisor de la sala emitió ruido blanco hasta
que encontró el canal, que a las cuatro de la tarde transmitía un programa
juvenil. Jhon, con pantaloneta azul oscura y una camiseta blanca recién lavada,
se tiró en el sofá y se acomodó bien. Viendo, pero sin prestar atención, se
dejó llevar por el destino de su mente, sus pensamientos y deseos, que se
difuminaron y redujeron a ínfimas escenas de su infancia agarrado de la mano de
su padre. Sin embargo, al cabo de golpes, groserías y risas, el niño por fin
percibió un sonido proveniente del exterior.
Sonó
tres veces, uno tras otro, con pausas extensas y un sonido grueso y
reverberante. Las chanclas carraspearon contra el suelo, se movió la cortina y
unos ojos vieron a otros, medianamente más húmedos. El cerrojo se desencajó y
el metal de la puerta crujió, de ella entró otro niño. El niño, Guillermo,
arreglado con una camisa de cuadros metida entre el bluyín, llegó antes de lo
previsto y Jhon apenas si pudo sentir desconcierto por su llegada. Guillermo intentó
hablar, pero los sollozos y los líquidos nasales no lo dejaron. Sentía tanta
zozobra que se desplomó en el sofá. Solo pudo narrar las causas de su nostalgia
cuando su ritmo cardiaco se estabilizó y cuando su respiración se tranquilizó.
Todo
empezó al medio día, con las características de un invierno del trópico. La
familia de Guillermo es tan extensa que es común que aparezca, cada cierto
tiempo, un nuevo hermano o una prima, todavía sin apellido. Es por eso que en
el pueblo nadie se pregunta de quién es la parranda, justo como ese día. Le
estaban celebrando el cumpleaños a uno de los primos de Guillermo, con un
almuerzo muy especial. Extrañamente, pocos asistieron. Contó la historia con un
tono de angustia, como si estuviera volviendo a vivir algo horrible. Mientras
encendían las velas del pastel, que le habían encargado a la panadería del
pueblo, se escuchó crujir la montaña. Todos se miraron entre sí. El padre de
Guillermo, el único con valentía suficiente, salió de la carpa, miró hacia arriba
y achinó los ojos intentando enfocar en la lejanía. Cuando por fin pudo ver
algo, ya todos se habían dado cuenta. Pedazos de humano estaban cayendo del
cielo, como una premonición de que algo horrible se avecinaba. Un brazo le cayó
al pastel. Otros, todavía tenían retazos de camuflados con una bandera que
todos parecían haber visto pero que nadie reconoció. Después, cuando todo estuvo
más calmado, el padre de Guillermo, volteó para agarrar la mano de su hijo,
pero no encontró más que sangre, huesos y cartílago.
El
tiempo pareció languidecer en la penuria de la sala. El sonido del televisor ya
no se escuchaba, como si hubiera estado atento a semejante historia y hubiera
decidido callar. Jhon se levantó con cuidado, evitando molestar a Guillermo con
el movimiento del sofá al volver a su forma. Se dirigió al patio, movió baldes
y escobas hasta dejar al descubierto la bicicleta que su padre guardó antes de
irse, Jhon apenas pudo soportar el vacío que le causaba. La sacó, la hizo
rebotar contra el suelo para chequear el aire de las llantas y, de paso,
levantarle la fina capa de polvo que había acumulado estos últimos meses.
Agarrándola del costado izquierdo, con ambas manos en el manubrio, la pasó por
el corredor y se la mostró a Guillermo y él se paró tan rápido que esta vez el
sofá no tuvo otra opción que traquetear.
El
pueblo parecía un desierto. No había nadie recorriendo sus pintorescas calles.
Al salir y dar los primeros pedalazos ambos pensaron en los mejores días del
pueblo en el que era portada de periódicos y revistas de Europa, y nombrado
constantemente en las listas de los lugares más lindos para visitar. Ahora, y
sobre todo después de la crecida del rio, hasta el gobernador y el presidente
se olvidaron del pueblo. Ambos niños ensimismados en recuerdos ajenos, decidieron
ir a la heladería.
Postraron
sus bicicletas poniendo los pedales en el borde del andén, se bajaron por el
lado izquierdo como les habían enseñado los adultos de sus cuadras y miraron
hacia la heladería atiborrada de sillas y mesas, y cuadros a blanco y negro con
fotos de blancos en el viejo continente. Parados frente al portón metálico,
vieron como el heladero cerraba la llave del agua y le ponía llave a la puerta
que daba al congelador. Estuvieron tentados a preguntarle el porqué estaba
cerrando, si todos conocían el calor de las cuatro de la tarde. Sin llegar a
pronunciar una palabra, el heladero les gritó desde dentro, en un español casi
perfecto a no ser por los rezagos de un italiano olvidado, que hoy no podía
abrir, corría el rumor de que algo se avecinaba en el pueblo. Los dos niños
dejaron caer los hombros y se dieron la vuelta sin decir gracias ni adiós.
Guillermo, que no se iba a desanimar de nuevo, empujó a Jhon para que lo mirara
y lo convenció con argumentos sentimentales y falaces de que le comprara un
helado cuando el italiano volviera a abrir.
Su
recorrido siguió como tantas veces en años anteriores. Les gustaba subir las
calles y bajarlas agachados y sin pedalear para que el viento les masajeara los
poros de la cara. No había otra forma de superar los temores del pasado más que
con bellos recuerdos. Pero de tanto recordar, Guillermo no aguantó y frenó de
golpe en una esquina que daba al sendero a la orilla del río. Los domingos, en
especial después del mediodía, los habitantes del pueblo acudían en hordas a
rezar al pie de la estatua, la única que el gobierno había entregado, pues la
hicieron en el antiguo lugar de la iglesia. De manera que Jhon, recordando los
consejos y sermones de su abuela, se le ocurrió acudir a un dialogo con Dios,
que cura todas las penas. A rastras llevó a Guillermo hasta el lúgubre grano de
café plasmado en cemento. Los vecinos se asomaron por las ventanas y vieron, en
el vacío sendero, a un niño arrodillado con sus ropas nuevas y con las manos
unidas por las palmas debajo del mentón mientras otro niño, medianamente más
delgado, le daba palmadas reconfortantes y nerviosas, que le recordaban que
algo andaba mal. Es el peor día de mi vida, pensó Jhon. Con sus endebles brazos
levantó a Guillermo, le limpió la arena marcada en el bluyín y le enderezó la
cara para decirle que todo estaría bien, cruzando los dedos detrás de su
espalda. Al unísono y sin querer, bajaron la mirada mientras volvían a recorrer
las calles de un pueblo apagado.
Mientras
tanto en el comando de policía, se vivía un ajetreo insólito. Papeles volaban
por los salones y escritorios, alborotados por los movimientos bruscos de los
agentes. Y las vitrinas fueron abiertas después de muchos años, para luego
quedar vacías esperando de nuevo a sus acompañantes, que llegarían calientes,
embarradas y con las recamaras desocupadas. Sucedía lo mismo con los armarios
en el fondo de la sala común. Dos niños giraron a la derecha y por fin pudieron
mantener sus miradas despegadas del asfalto, debido a los alaridos de una calle
previamente desierta. Afilaron sus pupilas y desde la esquina contraria
observaron como el comando quedaba en silencio, vieron a los pocos policías del
pueblo subiéndose en una camioneta 4x4 blanca llena de barro seco. Llevaban
expresiones de olvido, evitando imaginar en todo lo que podían dejar atrás. Los
niños, por el contrario, no supieron cómo reaccionar más que con los giros de
las ruedas.
Los
papeles dejaron de caer. Los niños con más preguntas que respuestas, siguieron
por instinto un camino que los llevó a la cuadra de doña María Helena. Cuando
cayeron en la cuenta, se pararon en los pedales pero Jhon no pudo acelerar, las
chanclas se le resbalaron y tuvo que seguir a pie. Doña María Helena salió a la
puerta dejando atrás el oficio de la sala, buscando las palabras más precisas y
menos hirientes. Eso no duro mucho, sus ojos se movieron más rápido que sus
labios y vieron, sin lograr descifrar qué era, como la tarde se oscurecía de
repente una hora antes. Los niños, con los corazones abriéndose paso entre los
órganos, irrumpieron en la casa dejando las bicicletas en la mitad de la calle.
Doña María Helena se tambaleó por la estampida y a no ser por la escoba habría
perdido por completo el equilibrio. Los muebles, las ollas y sus cabezas
retumbaban por el ruido del cielo. Guillermo a tientas, y sin encontrar su
lugar, volvió a la calle y miró el cielo ennegrecido. Nunca había visto uno de
esos en su vida, pero estaba seguro de que no traían nada bueno. No pensó en
las palabras, solo las vociferó, aunque sabía que era imposible que lo
escucharan. Ellos, disparando contra las nubes que se perdían en la montaña,
seguían elevándose cada vez haciendo más ruido. Guillermo fue embestido,
callado por una mano que le tapaba la boca y levantado por las piernas para ser
llevado de nuevo a la casa de doña María Helena. Su padre, mirando a los demás,
advirtió que el pueblo ya no sería el mismo. Doña María Helena reaccionó
mirando a Jhon con los ojos bien abiertos y llenos de rabia y sevicia, dudo en
gritarle a la cara que todo era culpa de su padre y la gente como él.
Se
filtró de nuevo la luz suave. Estas serían las nuevas tardes en el pueblo:
golpes de botas contra el asfalto y calles pintadas en tonalidades de verde. Viendo
por la puerta desde la sala, sentados en taburetes o en el suelo, todos sabían
qué ahora el río sería un cómplice más. Llevaría, esta vez, cuerpos completos
pero desfigurados, hinchados por los gases de la descomposición y con vestigios
de la guerra en las nubes.
*Alejandro Aristizábal, nació y creció en Armenia, Quindío el 6 de agosto de 2002. Actualmente estudia Comunicación Social en la Universidad Javeriana, y espera comenzar la carrera de Ciencias Políticas en la misma universidad. Actualmente tiene una cuenta en Instagram (@aristi.raw) donde sube fotografías y lecturas en voz alta, además de un blog donde publica algunos textos suyos y un canal de YouTube donde sube cortos.
domingo, 29 de agosto de 2021
"Tiernos sacrificios" pinturas de Magdalena Benavente Vio
*Magdalena Benavente Vio (Santiago de Chile) Estudió filosofía y publicó un poemario; Abotonándose Luz en 1993. Fue miembro del grupo surrealista chileno Derrame. Realizó su primera individual en el Museo Eugenio Granell; Santiago de Compostela-España en el 2018. Ha participado en diversas muestras surrealistas en Chile, como la gran exposición surrealista internacional El umbral secreto el 2009. Así mismo participó de la exposición Abya Yala, con el grupo Ojo Salvaje, realizada en diferentes lugares como el centro cultural de república dominicana en Nueva York.
martes, 24 de agosto de 2021
"La Bruja" poema de Hebe Santos
*Hebe Santos es una escritora que posee algunas publicaciones, pues ha participado en estos últimos años de antologías colectivas impresas y digitales, además de publicar cuentos y poesías en revistas. Algunas de sus obras digitales pueden ser leídas en la Revista Subversa y en la Revista Inversos. Todas las antologías impresas en las que publicó sus obras pertenecen a Andross Editora.
"Para conjurarte en tu nacimiento" poemas de Joaquín Alvarado
jueves, 19 de agosto de 2021
"La chica del cerezo" Arte digital de Johan Hernández
miércoles, 18 de agosto de 2021
“El nuevo filósofo ignorante” ensayo de Jober Rocha
El
filósofo francés François Marie Arouet (1694-1778), más conocido como Voltaire,
fue el autor de una obra llamada 'El filósofo ignorante'. En este trabajo,
Voltaire pregunta acerca de varias cuestiones metafísicas; así como, hace
muchas afirmaciones de otros filósofos, entre ellos Samuel Clarke, Baruch
Spinoza, Descartes y Locke, como si el filósofo en cuestión tuviera poco
conocimiento y, en consecuencia, muchas dudas. También aprovecha la oportunidad
para cuestionar los dogmas y las enseñanzas de la iglesia.
Una
diferencia que se percebe, en un primer momento, entre algunos de los filósofos
más antiguos y algunos de los más modernos, es que mientras los antiguos tenían
dudas y hacían preguntas que llevaban a los lectores a pensar en las
respuestas, los modernos tienen certezas indiscutibles e indican a sus
lectores, con toda convicción, cómo están las cosas o cómo han ido.
Sin
embargo, lo cierto es que, como señaló Voltaire, “desde la época de los Cuentos
de Mileto hasta los profesores de nuestras universidades, desde los quiméricos
más intelectuales hasta sus plagiarios, ningún filósofo ha influido siquiera en
las costumbres de la calle en la que vivía . Esto se debe a que los hombres se
guían por el hábito y no por la metafísica. Un solo hombre, elocuente, hábil y
creído, podrá hacer mucho por los hombres; cien filósofos no pueden hacer nada,
si no son más que filósofos” ”.
Creo
que esta es la razón por la que una buena parte de la población actual, dejando
de lado la razón, empieza a escuchar y a dejarse guiar por lo que ciertos
políticos, sacerdotes y también (¿por qué no?) filósofos y científicos, que los
engañan descaradamente o de una manera sutil en sus discursos, conferencias y
textos, como cualquier persona exenta y de sentido común puede ver en muchas
ocasiones. En el caso de políticos y sacerdotes es más sencillo, pero en el
caso de filósofos y científicos, este hallazgo es más difícil, ya que requiere
un conocimiento previo, por parte de oyentes y lectores, sobre teorías
filosóficas y científicas.
Imagino,
entonces, que un filósofo ignorante em la actualidad, como el de la época de
Voltaire, tendría muchas preguntas que plantear a sus lectores y dudas que
aclarar.
Inicialmente,
encontraría que las poblaciones actuales están, por así decirlo, contaminadas
por diversas bacterias, como las de la superstición, del radicalismo, del
fanatismo y de la ideología, que llegan a bloquear cualquier intento de la
razón estar presente y de actuar como antibiótico salvador, inhibiendo el
cromosoma de estas bacterias, modificando la permeabilidad de sus membranas
plasmáticas o impidiendo su síntesis proteica.
En
muchas ocasiones, el filósofo ignorante, al verlos aplaudir al político o
escuchar al predicador, en un silencio sepulcral, se preguntaba cómo era esto
posible, porque los oyentes estaban siendo totalmente engañados y llevados, en
ocasiones, a hacer cosas que, en su sano juicio, nadie lo haría jamás.
En
algunos servicios en vivo, transmitidos por televisión de mi país, por ejemplo,
se pidió a las personas que donaran sus automóviles, sus saldos bancarios, sus
propiedades o que compraran, por sumas elevadas, artículos de valor
insignificante en el comercio, con el argumento de que dichos artículos habían
sido bendecidos o ungidos por la divinidad en la que creían. Los perfumes con
el olor de Dios se venden a precios desorbitados, frascos con agua de ríos
sagrados de la Palestina, aceites milagrosos, etc. Todos afirman que el dinero
recaudado iría al Creador, pero terminan en las cuentas corrientes de las
iglesias y de los mismos sacerdotes.
Muchos
de los allí creyentes allí presentes donaron al sacerdote todo lo que tenían,
esperando, con ello, obtener lo que no tenían y lo que deseaban, como un
intercambio de deberes y obligaciones entre los fieles y la divinidad; o a lo
mejor, como un pacto, según decían los sacerdotes. Los falsos sacerdotes se
convirtieron así en especialistas en el uso de conocimientos psicológicos y
técnicas neurolingüísticas para convencer y recaudar dinero de sus seguidores.
En
el caso de políticos ya condenados y con gran cantidad de pruebas materiales y
testimoniales sobre sus delitos, por ejemplo, cuando afirmaron inocencia y
supuesta falta de pruebas, fueron plenamente creídos en lo que dijeron por sus
votantes y miembros del partido político a que pertenecían.
En
los dos casos mencionados, cualquier filósofo ignorante encontraría que la
razón de esas personas había sido completamente superada por su fanatismo,
religioso y / o ideológico.
Las
ideas de lo que es justo y lo que es injusto, de la verdad y la falsedad, de la
conveniencia y la inconveniencia son universales, como predica la filosofía. En
cualquier lugar del universo, donde haya seres inteligentes y racionales,
tendrán los conceptos de justicia, verdad y conveniencia, así como el de sus
opuestos. Tales conceptos pueden no coincidir entre sí, pero estarán presentes
en todos los seres.
¿Por
qué, entonces, ciertos seres humanos, en una transvaluación de valores que
muchas veces no se dan cuenta, consideran hoy lo injusto como justo, la
falsedad como verdad y el inconveniente como conveniencia? Reconozco que los
límites entre uno y otro de estos opuestos son a menudo difíciles de
establecer; pero son todos un desarrollo de la razón.
Así,
todos los seres humanos, pensando justa y racionalmente sobre ciertos temas y
ciertas ideas, deberían llegar a las mismas conclusiones, tanto en moral como
en Matemáticas, por ejemplo. Sin embargo, éste no es el caso.
¿Por
qué las cosas, en la práctica, no suceden de esta manera en lo que respecta a
la moral?
Según
otro filósofo, Friedrich Nietzsche (1844-1900), en su obra Genealogía da Moral,
es posible transvaluar los valores morales, que pueden ser promovidos por la
religión, la política, la ideología, o cualquier entidad formadora de opinión,
siempre que tengan credibilidad con su público objetivo.
Un
ejemplo de esta transvaluación, en la actualidad, se puede encontrar en la
difusión e insistencia con que se inculca en las poblaciones ese comportamiento
considerado políticamente correcto, a través de una patrulla ideológica
impulsada por los Medios de comunicación y otras entidades formadoras de
opinión.
El
término Comportamiento Políticamente Correcto, ampliamente utilizado en mi país
en la actualidad, se relaciona con un nuevo enfoque político que busca
establecer un lenguaje y comportamiento propio (aparentemente neutral),
supuestamente con el fin de evitar que sean, o que puedan ser, ofensivo o
prejuicioso contra personas de determinados grupos sociales, principalmente por
motivos de raza, sexo o religión. El lenguaje y el comportamiento, como todos
saben, forman parte de los hábitos, costumbres, usos y reglas, que se
materializan en la asimilación social de los valores morales.
La
expresión 'Políticamente Incorrecto', a su vez, es la que intenta nombrar
formas de expresión y comportamiento que buscan expresar supuestos prejuicios
sociales, sin miedo de ningún tipo. Este concepto es entendido, por algunos
académicos llamados de izquierda, como una forma de expresarse y de tener un
determinado comportamiento, considerado incorrecto y utilizado por los grupos
conservadores de derecha. El Comportamiento Políticamente Correcto, en este
contexto, sería aquel que debería seguir todos los ciudadanos y del que ya se
utilizarían liberales y progresistas de izquierda.
Los
conceptos de lo que es o no políticamente correcto, sin embargo, son
establecidos en todo el mundo y también en nuestro país, por los señores en el
poder y por la ideología de la izquierda dominante,
De
esta forma, como muestra de que la moral, hasta entonces vigente, está
sufriendo una sobrevaloración de sus valores, vemos que la Midia, apoyada con
fondos de gobiernos, instituciones y organismos públicos y privados y
comprometida con los detentadores del poder interesados en el establecimiento
de un Nuevo Orden Mundial, no se cansa de resaltar y alentar ciertos
comportamientos considerados inmorales (contrarios a las buenas costumbres
tradicionales) y amorales (alejados de cualquier preocupación moral), basados
en la moral tradicional establecida, hasta entonces, por las religiones
cristianas.
En
el caso de Brasil, muchos vicios ya se consideran virtudes y muchas virtudes se
consideran vicios. Las leyes son promulgadas por el parlamento brasileño para
proteger o encubrir conductas viciosas o incluso criminales.
Muchos
comportamientos inmorales, poco éticos o delictivos ya son tolerados o
aceptados por la gente y em poco tempo se considerarán a sí mismos
comportamientos normales.
Al
referirse a los delitos perpetrados por popiticos, y objeto de procesos
judiciales, se habla hoy de "fechorías" y "errores", ya no
de delitos. A veces, cuando vemos artistas, intelectuales, políticos,
autoridades públicas, etc. defender determinadas acciones, totalmente inmorales
y poco éticas (como la práctica del incesto, la pedofilia, la unión legal de
tres o más personas del mismo o de diferentes sexos, la práctica del aborto, la
legalización de las drogas) como si fueran las más normales y cosas naturales,
nos damos cuenta de que, en verdad, la moral en nuestro país está cambiando.
Quienes
critican el "Comportamiento políticamente incorrecto" lo acusan de
fascista, mientras que los críticos del "Comportamiento políticamente
correcto" lo acusan de patrullar ideológico con tendencia marxista.
Como
alguien ha dicho en alguna parte, “ambas partes buscan denigrarse mutuamente,
en busca de un espacio en el corazón y la mente de nuestros ciudadanos
pacíficos, crédulos e inocentes”.
Hay
muchos temas de actualidad que incluso un buen filósofo, todavía, ignora y que
un filósofo ignorante, como yo, nunca conocerá; sin embargo, haciendo mías las
palabras de Voltaire, “pensé que la naturaleza le había dado a cada ser la
porción que más le convenía; Creía que las cosas que no podemos lograr no son
nuestra parte. Sin embargo, a pesar de esta desesperación, no abandono el deseo
de ser instruido y mi curiosidad engañada es siempre insaciable... ”
*Jober Rocha, economista, M.S. Doctor por la Universidad Autónoma
de Madrid, España. Escritor con algunos premios recibidos en concursos
literarios en Brasil y en el extranjero.
martes, 17 de agosto de 2021
"Retrato de Mujer" Arte digital de Robert Millán
*Robert Millán nació en la ciudad de Caracas, Venezuela. Su pasión por el arte dio inicio cuando desde muy niño comenzó a dibujar, inclinándose por los temas religiosos y series de anime. Sin embargo no es hasta el año 2008 después de haber culminado sus estudios en la secundaria, cuando decide inscribirse en el Instituto de Diseño y Dibujo Estudios Sancho donde realiza su primer curso de Dibujo Artístico, dando inicio a su trayectoria académica en el mundo del arte. Posteriormente estudió Diseño Gráfico en el Instituto Universitario de Tecnología Industrial Rodolfo Loero Arismendi (IUTIRLA) en Caracas. Paralelo a su carrera universitaria hizo algunos cursos de Diseño Gráfico Digital. En este mismo orden de ideas cabe destacar que a pesar de tener estudios en Diseño Gráfico, su mayor pasión es la pintura, por tal motivo realizó cursos y talleres de dibujo y pintura, logrando así desarrollar un estilo donde plasma la deformación de la síntesis gráfica. Dentro de la evolución de su trabajo artístico, se puede apreciar en algunas de sus piezas, una mezcla entre el arte vectorial con la síntesis gráfica deformada acompañados de trazos o líneas que se cruzan entre sí dando mayor sensación de dinamismo y deformidad. Los temas que suele plasmar son personajes históricos de Venezuela, religión, rostros de mujeres, entre otros.
"Atomizador de tu pudor" poemas de José Luis López
Perfuma cada sección de mi cuerpo
No sabes cuánto venero ese momento
Del que tonificas en besos mis anhelos
Como irriga la lluvia en el terreno
Como enjuaga las olas del mar las riberas
Como liba su néctar la abeja a tal flor
Como el jabón embriaga todos los poros
Como ese abono nutre los cimientos a la semilla
Solamente ese quién acondiciona con el zumo
Eso que emana de tu piel, no es humo
Tan único sueño que me exprimas de sabor
Pues seré tu sal, seré tu vino, seré la pimienta
Cada bocado de ese paladar nos apasiona
Cada masticar llena el éxtasis que nadie iguala
Cada lamida es la mecha que precipita la ira
Por todo ese fuego que logra picar a fondo
Tanto van el pellejo, la carne, ¡sazonada!
Por ello ambiciono que sea inacabable
Ese pudor conduzca al máximo potencial
Da mucho más que un mero latir de corazón
Has de convertirme en tu séquito a tu voluntad
Serás ese atomizador que me suspire, me aspire
Por cual hemos de unificar los jugos del amor
Y fortificar en un solo primor.
Alma vandalizada
¡Perforada!
¡estilada!
¡rajada, acuchillada!
Sangra imparable
Adolece incurable
Grita inconsolable
Retuerce
inacabable
El sonido
ensordecedor
Alguien ya
corrompió
El secreto
guardado
Ya queda en
libertad
Sin derecho a seguridad
¿cómo puede ser
reparada?
Pues ha sido
olvidada
Siendo una débil
presa
Que a nadie le
interesa
¡alma vandalizada!
Sentir esa letal
punzada
Rompiendo
desvergonzada
Riendo bien
descarada
¿quién la puede
socorrer?
Solo el que venga
a roer
Capaz de clavar a morder
Sin huellas por
doquier
¡alma vandalizada!
Andando la nueva
cruzada
Ya busca la bella
alborada
Siempre fiel
entusiasmada
Brillar sin penas…
¡enamorada!
Amuleto de tu alma
¡Aguarda la frágil
doncella
Presa en ese cofre
malvado
¡Porque ese
candado la libere!
Siempre está a la
espera
De que su fiel
amado la saque
Es una odisea
inacabable
Que ya pronto
caducará
Mientras sigue
persistente
En que su ser anhelado
Arribe con la
llave maestra
Para así juntos
escaparse
De las viles
ataduras del enemigo.
La doncella ha
vivido condenada
Encerrada en un
lúgubre lugar
Pensando en que su
amado
Fuese aniquilado,
o se haya olvidado
De pronto… ¡CLUCK…
el candado abre!
Emana una lustrosa
luz de su interior
Sale la doncella
convertida en gaviota
Va zigzagueando
por todos los lugares
Hasta poder tocar,
recibir, besar
Tener en sus
brazos a ese amado
Ya ambos se funden
en el nuevo sol
Festejar que la
villana encrucijada
Ha desvanecido,
que nunca regresará
Ahora que IRRADIE
la felicidad
Mas no habrá nada
que irrumpa
Ese romance que
tanto desearon
Y por siempre han
de ser inexorable
Profundamente, eternamente, perdurable.
*José Luis López. San Juan, Puerto Rico. Miembro activo de SVAI y Universo Poético, empezó con la poesía cuando tomaba sus clases en el Antiguo Puerto Rico Junior College (hoy día Colegio Universitario del Este). Egresado de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto Metropolitano, 1998.