La Revista Innombrable presenta con gusto, a esta poeta hispana, Angélica Morales, de la ciudad de Teruel. Angélica se desborda, se desliza en el lenguaje, es una hechizada de sí misma. Su obra es un verdadero conjuro contra lo anodino. Sus poemas nos llevan, adrede de la mano por desfiladeros, por lugares abisales y tierras ignotas. Con tres poemas nos abre una inmensa ventana, Los dedos de mantequilla, El vestido era prestado y venía del mar, y Planetas oscuros, nos deja sus señales de peñascos, heridas, cotidianidades, en un mundo hondo, visionario, audaz, en palabras atrevidas, colgadas como arañas que nos tocan en la noche, un surrealismo de cicatrices, una poesía para desollar el alma y luego con ella misma lavarse las heridas. Gracias a su compañero, José Manuel Ubé, artista plástico que nos brinda la posibilidad de ilustrar sus tres poemas, con una obra gráfica impecable.
LFCA.
DEDOS DE MANTEQUILLA
“Dedos de mantequilla” - José Manuel Ubé
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En esta ciudad sin flores las muchachas desnudan sus pechos
y untan de aceite los últimos días de su sangre.
Hay farolas iluminando el hastío
y el salón comedor de una familia
que ha perdido las ganas de comer,
el hambre de buscar entre sus huesos algún recuerdo fresco
o un pétalo de infancia.
Recuerdo que hace años paseaba cogido de la mano de un muchacho.
El muchacho era negro y tenía el blue jeans roto a la altura de la rodilla.
Había fiesta en mi ciudad,
luciérnagas con las boquitas pintadas de rojo
que danzaban alrededor de la música
y más tarde
se marchaban al centro de la oscuridad
para aparearse con media docena de churros
y una taza de cacao.
En esta ciudad,
(¡Oh, poeta de lúgubres barbas!)
no existen los animales con piel,
solo cáscaras que ronronean cerca del cristal
y mujeres de manos gordas
que acarician collares y un panecillo francés.
Yo escribo cerca de la ventana.
Hago versos amarillos para quien los quiera comprar.
Pero nadie en mi ciudad entiende de poesía.
(¡Oh, Jack Spicer!)
Nadie suplica versos ni sabe contar
las costuras infames de una leyenda ocurrida ayer.
Ignoran el calendario de Asurbanipal y la sandalia.
Ignoran que yo he venido al mundo
mientras mi madre compraba naranjas en el mercado
y el dolor trepaba hacia la boca de los árboles en otro país.
Escribir, Jack.
Escribir en esta ciudad es como intentar cazar elefantes de humo
sobre un papel blanquísimo.
Es como intentar abrazar el agua del mar sin empaparse la camisa,
sin rozar siquiera la sombra de una gota,
su perfume a mujer vacía de ideas y sin corazón.
En esta ciudad,
en esta puta ciudad donde los cadáveres salen a beber whisky
y les dan besos con lengua al sexo de las grietas,
donde los colores se confunden
y no hay edificios monstruosos en los que poder esconder
las pisadas de un ángel o aquel mapa.
Un poeta aquí es inferior al retrato nupcial de una hormiga.
Es inferior a un asesino de zorros.
Es inferior a una de esas lluvias de verano
que no saben alimentar la garganta de la tierra
y ensucian el cristal de las gafas.
Sin embargo yo insisto,
me afeito un paisaje sentimental,
me afeito un amor de madrugada,
la herida que me hizo mi madre a los cuatro años,
mi primera caída en bicicleta,
la muerte de mis pantalones
o ese reloj homosexual que nunca sabe pronunciar las doce en mi bragueta.
Yo escribo, Jack,
a ti también, querido amigo,
te escribo cartas con la sangre de mis venas que no existe,
cartas azules donde las alas de una mariposa inmóvil
agita su enfermedad e intenta hacerle cosquillas a la ceniza de tu nombre.
En esta ciudad de colillas
y vidrios
y fuentes estrechas.
En esta ciudad donde las farmacias no duermen
y siempre hay niños acostándose con la marihuana.
En esta ciudad que de vez en cuando se encoge de hombros
y deja pasar un accidente,
la historia de una mujer tristísima que no sabe hablar el idioma de las lámparas.
Pero yo escribo.
Abro la nevera,
destripo pájaros,
subo a la azotea y me bajo los calzoncillos para enseñarle mi trasero a la luna.
Aunque la luna nunca sabe mirar mi culo blanco,
nunca sabe escribir versos sobre mi piel de hambre,
sobre este poema que abre su boca de lobo para engullirme.
No quedará nada de mí mañana, Jack.
Solo una casa sin ascensor.
Solo una taza con el té frío.
Solo un cigarrillo eléctrico que no sabe respirar la luz.
Soy un hombre disléxico buscando la imperfección de una palabra.
¿Te lo he dicho ya?
La palabra como bolsa de basura reciclable,
como telegrama que llega tarde a unos dedos impregnados de mantequilla.
EL VESTIDO ERA PRESTADO Y VENÍA DEL MAR
“El vestido era prestado y venía del mar” - José Manuel Ubé
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El vestido era prestado y venía del mar.
Yo tenía el rostro oscuro
y un bosque de ánimas entre mis muslos.
Tenía a dios haciendo cola en el supermercado.
Tenía a mis tíos repasando la luz de sus relojes a la fresca.
Tenía el pelo repleto de rulos
porque me quería rizar el alma
y el flequillo.
Porque iba a tragarme a Cristo por primera vez
y andaba limpia
(el sexo /
las ideas /
aquellas braguitas tan puras que se pusieron a gritar)
El vestido era prestado
y venía del mar,
pero el mar nunca estaba entre mis manos,
ni en aquella caligrafía antigua
que ordenaba el modo en que teníamos que tratar el vestido
y después devolverlo en la oficina de correos.
Yo estaba sola en mi habitación y había llovido.
Yo no sabía lo que significaba tragarse a Cristo,
solo que los tíos fumaban en la cocina
y la abuela repartía pastas
y otros niños iban vestidos de domingo
y se tiraban al suelo
y sus madres los cogían de las orejas
y los depositaban en el sofá como si fuesen joyas
o huevos de paloma.
El vestido era prestado
y mi padre contaba monedas en el salón.
Tenía los ojos pequeños
y usaba zapatos en punta.
Nunca quiso besar mi rostro oscuro
y ni siquiera se dio cuenta de que el vestido era blanco
y venía del mar.
A Cristo le pedí, cuando lo tuve en la boca,
un padre nuevo y un camisón de corazones.
Pero cuando llegué a casa
todo seguía igual,
los tíos en la cocina,
el tabaco mordiendo la soledad de las pastas,
los niños quietos en el sofá,
dios con el móvil sin cobertura.
PLANETAS OSCUROS
“Planetas oscuros” - José Manuel Ubé
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En esta tierra los niños traen bajo el brazo perros enfermos
y recortes de periódicos.
Traen a sus tías cojas ladrando de madrugada.
En esta tierra donde las montañas trepan hasta el pecho de dios
y piden pan y semillas de leche
y piden agua en cucharadas hondas
y piden tierra y cebollas,
piden hijos que no conozcan el invierno y la sal.
En esta tierra de edificios de hambre
donde los pobres pasean calles y esqueletos de patata.
En esta tierra de fragancia azul,
de tardes que se quiebran en la espalda de los relámpagos.
En esta tierra que se ha comido la sangre
y los hermanos,
que ha sacado a las ancianas de sus camas y las ha violado tres veces.
(Había lenguas de soldado bajo su carne /
Había granadas
y un cuento interminable y las costillas de un reloj
y un frío de diciembre mordiendo las bufandas que nunca están)
En esta tierra de adulterio,
de putas efervescentes abanicando amantes
y moscas de fruta cerca de la carretera.
En esta tierra que cuenta crímenes y monedas,
que abre la boca de todos sus muertos para respirar,
que sube cuestas con la casa al hombro,
que pare incendios en la piedra,
misas en la boca de los árboles,
planetas oscuros dentro de unas manos
que excavan la aurora y la resurrección.
*ANGÉLICA MORALES
Breve nota bio-bibliográfica:
Nacida en Teruel (España), el 14 de agosto de 1970. Actualmente reside en Huesca (España). Escritora y directora teatral.
Licenciada en Historia Antigua por la Universidad de Valencia. Diplomada en escritura jeroglífica, por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia. Diplomada en arte dramático por la Escuela del Actor de Valencia.
Curriculum como escritora:
Premios Literarios (entre otros):
- Ganadora del XXVII Premio Nacional de Poesía “Poeta Mario López” 2019 de Bujalance (Córdoba)
- Finalista del Premio Azorín de novela 2018 (Diputación de Alicante – Editorial Planeta)
- Ganadora del XVII Premio de Poesía Vicente Núñez, de la Diputación de Córdoba 2017
- Finalista del Premio Planeta de novela 2017
- Ganadora del XLVIII Premio Ciudad de Alcalá de Poesía 2017
- Ganadora del 42 Premi Vila de Martorell (poesía en castellano) 2017
- Ganadora del IV Premio Nacional de Poesía Poeta de Cabra (Madrid) 2016
- Primer premio en modalidad de Poesía del IX Certamen Literario Internacional “Ángel Ganivet” de la Asociación de Países Amigos, (Helsinki, Finlandia) 2015.
- Ganadora de la II Convocatoria Perversus GEEPP Ediciones (Melilla) 2015
- Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2013
- Finalista Premio Ausiás March al mejor poemario publicado en 2012 (“Desmemoria”)
- 1er. Premio “Cuéntale un cuento a La Republicana” 2012.
- Premio Internacional de Poesía Miguel Labordeta 2011.
Libros publicados (entre otros):
- El sueño de la iguana (poesía). Utopía Libros, Córdoba, 2020.
- Las niñas cojas (poesía). Ediciones En Huida, Sevilla, 2019.
- Mujeres rotas (novela). Editado por TerueliGRáfica, Teruel, 2018.
- España toda (poesía). Editado por Hiperión, Madrid, 2018.
- Pecios (poesía). Editado por GEEPP Ediciones, Melilla, 2016.
- Palillos chinos (novela). Editado por Mira, Zaragoza, 2015.
- Monopolios (poesía). Editado por Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014.
- Asno mundo (poesía). Editado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 2014.
- Desmemoria (poesía). Editado por el Gobierno de Aragón, 2012.
- La huida del cangrejo. (novela) Editado por Mira, Zaragoza, 2010.
Prensa y Revistas Literarias
Colaboradora en el Diario 16, Diario del Alto Aragón, en las revistas literarias Turia y Letralia, y en Los cronistas, revista digital de literaria y de actualidad (Ecuador).
*José Manuel UBÉ
Artista dedicado al collage y arte digital (Teruel, España, 1965)
Estudios en la Escuela de Artes de Teruel, aunque su formación es autodidacta. El surrealismo corre por sus venas. Ha realizado varias exposiciones individuales, destacando su participación en el Festival Internacional de Fotografía Teruel Punto Photo 2008 y 2010, y en Arteria, XVI Feria de Arte Contemporáneo 2019. Ilustra libros, revistas y realiza también carteles.
Últimas exposiciones:
Exposición en Arteria, XVI Feria de Arte Contemporáneo de Monzón (Huesca). 6 y 7 de abril 2019.
Cuando has leído la poética de Angélica siempre sabes lo que te vas a encontrar, algo nuevo y sorprendente. Estupenda trilogía!
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