Café con Piernas
Bienvenidas cari largas, embusteras y mil amores;
bienvenidas santurronas, mojigatas, mil condones; bienvenidas putas no baratas,
alcohólicas y perdidas, este es su lugar que como regla principal tiene todo
goce como esencia de existir.
No hemos olvidado buenos tiempos de buenas costumbres,
por eso nuestros fetiches serán complacidos desde el más soez hasta el más blasfemo.
No cabe el amor puritano en este espacio, aquí como en
todo lugar, cada cosa cuesta; niñas, vírgenes, culos grandes medianos y chicos.
Aquí no hay desagrado con edades ni con pudores, ni con ninguna higiene; hay
quien las pide sudorosas y quesudas, hay quienes las quieren condimentadas y bien chorreadas para
un buen rato de lenguaje.
Las protuberancias, agujeros, perforaciones o
cavidades, serán siempre espacios de digna complacencia; no importa el catéter,
no importa el lugar, no importa el sida, lo que importa es degustar.
Drogadictas, pasen todas, sus hígados y narices
estarán en fiesta constante; seres nocturnos, su noche es lentejuela en donde
son diosas y brillan. Ellos, pobres de ellos, sus bolsillos, salen apuñalados,
de tantos sus deseos.
Pasen las mentiras, los mil nombres, las mil
profesiones; aquí se puede ser quien se quiera ser, se puede vivir y existir,
no hay lugar para muertes; a este lugar solo entra gente que aunque oculte tras
fachadas su ser, vive, vive en tinieblas, en lo oscuro, en el hueco perverso,
pero jamás deja de vivir.
Aberraciones, perversiones, exageraciones; en este
lugar el limite lo da tu bolsillo; no deja de ser consumo, salvaje. Pero aquí
consumes lo que eres o ¿prefieres el manicomio, la cárcel o la calle?, ¡jamás!
Un ser libre solo puede ser prisionero de sus propios placeres, de sus deseos.
Caminando en fila hay muchos idiotas, este es el
desvío, esta es la locura, este es el mismo Estado pero no silenciado; aquí
gritamos y gemimos rebeldía, no nos salimos del sistema pero somos la otra
cara, la cara controlada, la oculta pero la más desgraciada, la que les golpea
en la cara, porque aunque nos intentan dominar, jamás nos opacan.
No hay pene chico que no valga, ni vagina sucia que no
cueste, solo quedan las tetas, que pueden ser y no ser; nuestra sesión de
psicología es más efectiva que cualquier tratamiento; no importa la mentira, igual
y todo es una mentira que varía.
“Bienvenidos sean todos. Nosotros ponemos el café y usted
compra las piernas”
Ritmo de marimbas
Esta
es la última vez que me desangro ante ti, esta vez conlleva una muerte con
obligatorio olvido, esto que empezó siendo un divertido juego, se convirtió en
mi idilio anhelado, siempre fui la antagonista, ahora protagonizo las lágrimas
que he dejado, el dolor que he causado, la espera sin respuesta.
El
enredo de tus cabellos llegó hasta el enredo de mis pensamientos, maraña
anudada de donde es imposible salir intacto.
Rompí
el día a ritmo de marimbas, bello sonido, armonía, música, tú. Vives en cada
buen sonido pacifico, vives en el vaivén de mis caderas que por inercia se mueven,
eres ritmo negro mi amor.
Mi
ritmo va a tu compas, aunque tu música me sea como un réquiem, un encuentro que
conlleva velorio, un festejo fúnebre, una larga despedida acompañada de
tambores que retumban mi eco en suplica, que llega hasta el infierno.
Me
llevas al infierno en el que ardemos en llamas que se apagan con el sudor,
sudor que cicatriza después de la quemadura de alto grado que deja tu ser en mi
existir.
Soy
arte, y bien se distinguir una obra de arte, una perfecta obra de arte bien
hecha, soy sensible ante tu belleza y estética; eres un neo arte con la perfección
de lo clásico.
“Diosa
de ébano” me llamaste; déjame ser diosa del madero más perfecto, del más oscuro,
demostrando lo más bello y fino. Quisiera conocer a tu madre y darle mis más
sinceras felicitaciones por haber creado a tan bella música.
Amo
tu ser un poco más que tu cuerpo, ni Masoch alcanzaría mis anhelos de ser tu
esclava, quedando subordinada a tus deseos; amaría ser inspiración de tu arte,
de ser tus notas así como tú has sido mis letras por tantas de mis vidas y de
mis muertes.
Tu
tan sádico mi amor y yo tan masoquista, ¿no te parece que haríamos infinidad de
obras dignas de llamar arte? eso me vuelves mi amor, puro arte abstracto,
porque en lo complicado de interpretarte, me pierdo en lo fantástico.
Te
vuelvo mil historias y en ellas te he odiado hasta llegar a decir que te amo
como amo las miedosas olas que hipnotizan, olas que te han acariciado y que de
seguro te han visto llorar, pero llené aquel mar con el sentimiento tortuoso de
ti mi amor.
Infierno
tumaqueño, tu caminar cuenta su historia, enorme y fuerte, temeroso y
desconfiado en el fondo, pero resistente no como mármol, sino como ébano, uno
muy fuerte; hermoso, tropical. Anochecido ser lleno de alegría, tu sonrisa
ilumina el mar completo que entre su arena cubre las heridas vueltas
cicatrices. Cuentan historia esas marcas mi amor, cuentas lo oscuro y lo
brillante que es tu historia.
No
es tu miembro viril el que me exige sentirte, es muy fácil conseguirlos, ya he tenido
algunos de los que puedo decir complacientes y dignos de repetición; tú le
haces honor a tu raza, eso es claro; pero no quiero solamente la fogosidad de
tu hombría, hombres hay demasiados.
Te
aseguro mi amor que nada malo me queda de ti, ni las lágrimas silenciosas que
han llenado vasos que luego he bebido para hidratarme después de tu arduo
ejercitamiento. Me follaste el espíritu y eyacule poemas mi amor.
Al tiempo
Caminante limitado tan solo por ti, compleja paradoja
que es tu ser; acaricia y pellizca, enrarece porque deteriora; vuelve inseguro
y desconfiado. Ya le ha fallado muchas veces pero él no aprende fácil, pues su
memoria tan solo recuerda lo que quiere ser escuchado, visto y dicho, su
realidad constante, eso que ha construido y hecho de sí.
-¡No solo es erótica!- gritaba en sus adentros él
cuando la miraba acechada entre la jauría intentando descifrarla, pretendiendo
encontrarle el quiebre. Además de que fascina y excita es interesante, es
dolorosa porque perdura y acostumbra; es inestable, y aunque lleva su curso, es
uno quien construye su historia. ¿Qué sería de ella sin mí; pero qué sería de
mí sin ella?
Me levanto y la siento, sé que va pasando y todo se va
acabando, pero seduce y penetra con fuerza, muy en el interior, confirmando
aquello concluido: que vale la pena cada intento de pertenecerle, porque es
imposible zafársele, o por lo menos, jamás en esta realidad.
Se la recuerda cada que de verdad se la siente, cada
que se siente estar vivo, cada que se quiere y no se quiere vivir; se la
recuerda cuando el corazón late a mil y el sudor pasa por las mejillas,
alterando la conciencia porque se ve perturbada ante ese, el devenir constante
que es la compleja paradoja de su ser; de lo que es y de lo que dejó de ser.
Withney Tatiana Peña Muñoz, 24 años, nació en la
ciudad de Pasto, es estudiante de la universidad de Nariño, del programa de
licenciatura en filosofía y letras. Su modo de escritura tiene una estructura
en donde se puede empezar a leer desde cualquier párrafo; (cada párrafo puede
ser el comienzo o final) siguiendo el hilo conductor de la historia. Los
párrafos desordenados muestran la estructura sin estructura que es la vida, el
encuentro poético y al mismo tiempo caótico y erótico del devenir que forma su
escritura.
Cabe decir que su escritura se podría llamar
"erótica" ya que procura manejar la musicalidad de lo poético en cada
relato, donde lo feo, mundano, profano, sucio, perverso... se vuelve poesía.
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