Consíguete otro perro que
le ladre a tus huesos
Búscate
un tipo de esos
que
se levantan a eso de las 6 am
desayunan
frutas y visten de saco y corbata
de
esos que se afeitan cada 3 días
y siempre huelen bien
De
esos que pasan todo el día
encerrados
en una oficina
haciendo
cuentas bancarias
mientras
toman agua mineral
De
esos que no fuman
y pasean los domingos en su Mercedes Benz
que
van de shoping al Tesoro
y sueñan con bailar el boogaloo en Wall Street
De
esos los del vino fino, Bach
y
las suscripciones al New York Times
De
esos los de las casas grandes en el Poblado
y fincas en Llano Grande con hermosos caballos
no
andes más con tipos que escriban poesía
encerrados
en una habitación
rentada
en el orto del mundo
que
se levantan a las 2 pm a rascarse las pelotas
y
a ver si hay más cerveza en la nevera
De
esos que toman tinto todo el día
y
raras veces comen bien
De
esos que se pasan la tarde
en
una hamaca fumando cigarrillo
leyendo
a Pessoa, a Caicedo, a Sabines
y a la chupa pollas de Lorca
hasta
que llegue la noche para empatar
la borrachera de ayer con una nueva,
¡No
andes con un tipo como yo!
nena
y escucha mi consejo
perro
viejo de mil peleas
tras
los bastidores de la vida
engendro
sarnoso de la soledad
que
se mea en las lámparas de las calles
que
llora por no saber
ladrarle
poesía a la sublime luna
Antes
de que mueras nena
y este consejo te digo
tienes
que conseguirte
un
perro que le ladre a tus huesos
porque
mi ladrido se lo han llevado otras putas
junto
con mi dinero, mis buenos poemas
y unos cuantos libros de colección
dejándome
solo unos bolsillos enfermos
unos
pantalones extendidos
junto
a la mesa de noche
y
este pésimo poema que esta noche te escribo…
Estas calles amor
nunca
fueron para tus ojos ingenuos
Nadie comprendió sus atardeceres
tanto como yo
Nadie comprendió mi locura
tanto como los psiquiatras
Nadie comprendió mi alcoholismo
tanto como el barman
y las putas del parque bolívar
y las solitarias calles
de
esta amarga ciudad
que
más de una vez
me quiso dar muerte.
Estas calles amor
nunca fueron
para tus ojos ingenuos
y nunca lo serán
así
que múdate a otro país
a
otra ciudad
tal
vez encuentres el amor
o
un perro callejero
y lo adoptes
y lo mimes y lo ames
y lo alimentes también
como lo hacías conmigo.
Nosotros los que tanto odias
somos
los que nos ocupamos
de
limpiar la mierda de tu casa los domingos
mientras
vos estas en la playa
con
tú hermosa y envidiable familia,
ya
puedo ver a tus hijos haciendo
castillos de arena y a tu esposa un BBQ
el
viento marino juega con sus rubios cabellos
y
el sol viste de naranja el horizonte
en
un cálido y amable atardecer
¡Ah!
Ya puedo verte observando ese hermoso cuadro familiar
con
un Amstel en la mano derecha
y
con la izquierda rascándote tu sudorosa y roja barriga
simplemente
estas más que fofo y orgulloso.
Nosotros
los que tanto odias
somos
los que lavamos tu carro último modelo
y
alistamos tu jardín
(A
veces hasta nos ocupamos de tu mujer)
Cuando
vos estás en tu cárcel/oficina
de
corbata/guillotina
cerrando
el negocio del mes
pensando
si es mejor ir a África
o
a París por tercera vez.
Nosotros
los que tanto odias
somos
la vagina joven
del
burdel al cual vas con tus colegas
para
echar una “canita al aire”
somos
la felación extramarital
y
los condones gratis
somos
el polvo de 50 dólares
más
corto de tu obesa y rosada existencia.
Nosotros
los que tanto odias
somos
los que empacamos tus enceres en el súper
(La
mitad de las cosas que hay en las bolsas de compra
vienen
de los países naturales de nosotros, los que tanto odias)
Y
fregamos tus grasosos Mac-pisos
en
turnos rotativos de 12/h.
Nosotros
los que tanto odias
somos
la Security en la disco
a
las que asisten tus retoños pre adolecentes Yonkis
con
sus lindos y apretados vestiditos,
somos
el jibaro en la entrada del retrete
el
Latín Lover y la dosis casual de pene
¡La
violación no forzosa, amigo!
Mientras
tú estás viendo “The Oprah Show”
y pensando en lo inútil que es tu sirvienta dominicana…
Una tarde perfecta para un baldazo de
mierda
“¿Qué estoy haciendo en este lugar,
solo y cargado de culpas?
Me pregunto.”
Raymond Carver
El
levantarse un lunes
a
eso de las 2 de la tarde
y
disponerse a abrir
las
cortinas de la habitación
con
una resaca del putas
para
saludar el día
con
desgano
mientras
tus ojos
se
esconden del sol
que
parece
apuñalarte
la retina
Que
duro es
saberse
derrotado
que
no tienes trabajo
que
no escribes
una
mierda
buena
desde
hace
un tiempo
(O
que tal vez
nunca
lo has hecho)
que
estas tan
solo
como siempre
y
que la mujer
de
la noche anterior
que
ocupo
la
mitad de tu cama
esa
misma
que
te decía “mi amor”
cuando
le dabas
de
tu whisky
y
le acariciabas
la
entrepierna
antes
de cogerla
por
detrás
va
a ser la misma
que
se lleve
lo
que queda
de
tus cigarros
de
tu vida y tu dinero.
Steven Ríos
Nacido en el municipio de La Estrella – Antioquia 1990, fue
miembro de la corporación cultural Sísifo y el colectivo cultural Morphoeidos,
ganador del primer puesto del concurso nacional de poesía inédita Epifanio
Mejía Quijano en el 2016. Ha participado y organizado varios recitales a nivel
nacional. Algunos de sus escritos han sido publicados en varias antologías y
revistas a nivel nacional: El vacío como llenura (2010) Revista el terraplén
(2011) A poca tinta (2012) Antología concurso nacional de poesía inédita
Epifanio Mejía Quijano (2016) Afloramientos (2018) fronteras2 (2018)
Ha publicado su primer poemario “Poesía sobre el retrete” – Fallidos Editores (2017).
Reside actualmente en Bello - Antioquia.
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