*Nadia Bej
De Cd. Cuauhtémoc Chihuahua, intento de poetisa en las buenas y malas ocasiones, generando ocasionalmente caos en mi misma. Casi dos décadas de pisar la tierra, tez morena mezcla de Madre Sierra Occidental y Sierra Fría.
LAS DOCE EN PUNTO
El tiempo es metáfora
y una burda comparación
entre el inicio y el final.
Se dedica a romper historias
elabora librerías de añoranzas
las llena de polillas, y deja mariposas a lo lejos.
El tiempo se traslada a mi habitación
y me regala sexo sucio y salvaje
al igual que la puta más solicitada.
Se burla, fuma un cigarrillo
se pone de nuevo los numéricos ropajes
me desquicia al alejarse nuevamente de mi cama.
El tiempo se va y vuelve
escupe fuerte, vomita fuego
para poder exhalar después las más pútridas flores.
SIN CENSURA
El sonido de “ene” que es nada
que se ubica al inicio y al final del infierno
en forma de diosa que atrapa a los mortales
y se incrusta en los sueños que maldigo
para no volverlos a recordar.
La resonancia de la enfermedad
y el desgaste del vicio
hundida en el llanto que acogen las paredes
difuminadas de éxtasis,
de los incontables vértices de sitios oscuros
para que después nada de eso importe.
Se incluye como reina y princesa
incluso en el libertinaje
de llevar ropajes que muestran el sexo
sin darle luz a Venus.
Porque Venus tiene “ene” y tiene “ese”
ese caos que origina catarsis y depresión.
Nada ni nadie es nada
ni Nadia es algo,
sólo la soledad que se pierde
entre el humo de la marihuana
y las líneas de censura de tantos años
extraviadas entre los restos de la vieja ciudad.
SIN TITULO
He sido respetada, acogida y querida, humillada y ultrajada
por ser una vieja loca que duerme de día
y por la extrañeza de vivir en la noche.
He sido halagada y criticada
por las medias rotas del destino,
por el escote que deja ver de mi
las letras más entrañables,
pero es nadie lo quiere
para vivir y conocer el mundo.
He sido puta y santa
y ambas somos mujeres
tenemos senos, tenemos nalgas
generamos y recibimos placeres
pero eso nadie lo observa
para poder seguir jugando a sus prejuicios.
Cuestionada por vestirme sin moda
y desvestirme sin medida
sin preguntarse ellos mismos
el porque de sus propias acciones,
y eso a nadie le va ni le viene.
Después de olvidan de todo y sonríen
se acomodan las faldas y las corbatas
para las pláticas del séptimo día
regalándose látigos por la culpa de los burdeles
del sexto día en libertinaje.
Se cuelgan sus vestidos se santa
con colores en tendencia para destacar su pureza femenina.
Después de todo nadie es casto,
después de todo a nadie le importa ya
el besarse, el tocarse o masturbarse
mientras se mira de frente en el espejo
sin complejos ni pudor.
CONSEJO PARA UN ALMA VACÍA
He de tomar el alma vacía
y rehacer los añicos perdidos de ella incrustados en los vasos sin fondo
envenenados por la serpiente que se muerde la cola
en muestra de un ritual de auto superación
de la búsqueda de estabilidad donde no la hay.
Generar el sacrificio de la carne eterna
para darle al mundo lo que no me pidió
como hombre predilecto indeseado para la humanidad
perdido en vicios blancos y soberana imprudencia.
Impúdica recojo los retazos de las vidas que se sacrifican por mi
burlándome siempre de los placeres más incontrolables
buscando pertenencia a una época que me desprecia y que la desprecio.
Por eso bebo el vino de la benevolencia ajena
extrayendo a los seres indulgentes y mitigados por la miseria humana
consumiendo las buenas acciones de los bípedos que día tras día tengo que soportar.
Soy uno de ellos, atrapada entre la materia y la creencia de algo mejor
genero daño en mis extremidades interconectadas a la madre tierra
para no percatarme de lo que sucede en ella
y dejar de llorar noche tras noche porque no existe una solución.
Por eso vuelvo a beber la imprudencia con ojos de satisfacción
mientras mi miserable tiempo se consume en apologías
que exaltan aún más la felicidad humana.
DESNUDEZ
Tengo aspiraciones de joven
pues eso es lo que soy
un alma nueva es que es tóxica piel de seda
infestada de polillas.
Consideraciones expertas aferradas a mis huesos
desde que florece en mi útero
la soberana dicha de ser mujer.
Argumentos noctámbulos martillas la prudencia
y ofrecen satisfacción para mi enorme ego.
El único quehacer es existir
y no tiene color ni utilidad, ni utilería
sin ropajes o apariencias
desnudo mi género desde el interior.
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