DE LETRAS Y TRAZOS
(2008)
***
Un respiro
Un susurro
Un eco lejano
Viento y agua
Agua y fuego
Fuego y tierra
Risas y llanto
Todo es la vida misma.
***
Mañana saldré a jugar al campo.
Correré sobre una alfombra verde,
Picaré a las abejas amarillas,
Me dejaré llevar por la corriente
del rio,
Y dejare mi cuerpo en la acaricia de
las afiladas rocas…
***
Todo lo que eres
Todo lo que somos
Todo en un instante
El sol que brilla a lo lejos
A la sombra del estanque.
BAGATELA No.
1
Te busco, me buscas
Me encuentras, te encuentro
Te ato y te desato,
Y te vuelvo amarrar de nuevo.
Te dejo, me dejas
Me dejas y te espero:
Como la esperanza a los días sin guerra…
Te lloro y te pienso
Me pierdes, te pierdo
Te odio y te amo,
Y en los lugares más recónditos de la mente
Te busco y no te encuentro.
Muero y vuelvo a vivir,
Vivo y quiero morir...
Te espero en el día,
Me esperas en la noche
¡Ojala todos los días sean eclipsados!
Te aburro, me aburres
Te hablo y callas,
hablas y yo callo:
Enmudece la tarde y la observo a través de una ventana.
No somos nada y nada seremos,
Te arrancaron el corazón,
Y a mí me arrancaron los sesos,
Por eso no me busques,
Por eso no te busco;
Por eso no te encuentro,
Por eso no me encuentras.
Te pienso y te hablo en el silencio...
Te dejo y tú me dejas,
Me dejas y yo te espero...
Te busco, me buscas
Me encuentras, te encuentro
Te ato y te desato,
Y te vuelvo amarrar de nuevo.
Te dejo, me dejas
Me dejas y te espero:
Como la esperanza a los días sin guerra…
Te lloro y te pienso
Me pierdes, te pierdo
Te odio y te amo,
Y en los lugares más recónditos de la mente
Te busco y no te encuentro.
Muero y vuelvo a vivir,
Vivo y quiero morir...
Te espero en el día,
Me esperas en la noche
¡Ojala todos los días sean eclipsados!
Te aburro, me aburres
Te hablo y callas,
hablas y yo callo:
Enmudece la tarde y la observo a través de una ventana.
No somos nada y nada seremos,
Te arrancaron el corazón,
Y a mí me arrancaron los sesos,
Por eso no me busques,
Por eso no te busco;
Por eso no te encuentro,
Por eso no me encuentras.
Te pienso y te hablo en el silencio...
Te dejo y tú me dejas,
Me dejas y yo te espero...
DE LAS BAGATELAS…
La eternidad que nos traspasa
El fuego eterno
El vino que se bebe
El silencio incierto
La voz incomprendida…
Levanto la mirada
Mi botella vacía sin placebos para
aliviar ausencias
La luz de la ciudad que enceguece iluminando
todo
Los días sin mí... sin sol... sin sí…
La música del silencio
Entre notas
Nunca antes tocadas
A la sombra de las montañas.
CANTO A DOS
VOCES
A
la Srta. Alejandra Santamaria
En
las noches se tejen mundos
palabras
que atraviesan el alma,
La
vida es hermosa y asesina,
La
belleza y los sentidos,
Pululando
en lo más profundo.
Tendrás
el corazón abierto,
Puro
al viento y sincero siempre,
Puedes
esperar la noche,
Atraparme
en un sueño,
Mañana,
quizá no exista el tiempo,
Pero
ten presente que existirá el amor,
El
presente sin tiempo,
Sin
el amor presente...
LOS CORAZOJOS
"Cuando los ojos se convierten
en corazones...
Dejan de ser ojos…"
Muero
por tus corazojos
Los
vi solo una noche en la callecita silenciosa del pueblo
Y
quedé hechizado en la montaña,
Radiantes
como estrellas lejanas
Queda
uno prendido en la añoranza de mirar hacia el oscuro cosmos,
Muero
por tus corazojos…
Rinconcito
frio del alma
De
cristales más bellos que el azul del cielo,
Esa
luz que irradia vida
Los
ojos de tu padre en tus ojos iluminando la distancia
Muero
por tus corazojos.
MEMORIAS DEL DESTIERRO
“(…)No había tiempo para la tristeza,
no había tiempo para Nada(…)”
Mujeres y guerra, pag 356.
I
Inocente del tiempo,
sumergida en un sueño inocente,
hermosa niña ojos de cristal de selvas,
Condenada a pequeños infiernos
de estridentes luces y apabullantes bosques grises.
En tu mirada ancestral observo
La violenta marca de la infame historia
Tus pequeñas manos tendidas al sol
Claman justicia en una ciudad sin nombre
La desolación se hace cada vez más grande
No solo en ti… sino en mi…sino en Todos…
Así la vida se trasforma
Carne, piel ajada por el tiempo
En un día más de barbarie.
Deja que los dioses respiren a lo lejos
Hermosa niña, vestidos color de arco iris
Mientras aquí abajo, nosotros, los hijos de las estrellas
Nos asfixiamos lentamente en el suspiro de la vida
En el frio de las calles, atravesadas por la indiferencia.
Tu corazón aún puro,
guarda la sabiduría de extintos pueblos
Sonidos de cristalinas aguas y cantos de aves multicolores.
Tu sonrisa es ironía de la existencia
Hermosa niña, cabellos de profunda noche
¡Hija del Olvido! Caminante de calles desoladas
Donde se desplaza más fácil el corazón
Que la tierra que te es negada.
Conocí la Nada, en la observación de aquellos ojos tristes,
desolados y sin esperanza,
en el silencio constante de ésta generación,
donde los versos, evocan la memoria de fantasmas
y el canto de un loco en las calles al otro lado de la ciudad...
Donde la poesía se quiebra en la mente antes de salir del cuerpo.
II
Escuchamos silbar la noche
Pequeñas luces descendían la montaña…
¡Que triste el caserío en llamas,
iluminado por los techos de las casas!
Decían los hombres ultrajados:
No me maten! Yo no hice Nada!
La pequeña patria olvidada,
en la noche de los silenciados…
La mañana revelo el horror
El camino envuelto en llanto
La incertidumbre de no saber a dónde ir
Los pasos pesados, la huida hacia una ciudad gris
Atrás quedó tu padre en el silencio absoluto
Ahora cautivo en un recuerdo de la memoria
Allá donde muchos dejaron la vida,
Allá donde todos dejamos nuestra alma.
Recuerdo: ahí estaba ella, con los ojos claros y puros,
Que exhortaban el viento fundido
entre el humo de una ciudad,
sus manos temblorosas
se alzaban en busca de las manos del transeúnte,
era tan delicada e inocente aquella niña hija del olvido,
mientras la ciudad pasaba indolente,
aplastante ante la historia hecha carne
y la carne hecha sangre.
“(…)No había tiempo para la tristeza,
no había tiempo para Nada(…)”
Mujeres y guerra, pag 356.
I
Inocente del tiempo,
sumergida en un sueño inocente,
hermosa niña ojos de cristal de selvas,
Condenada a pequeños infiernos
de estridentes luces y apabullantes bosques grises.
En tu mirada ancestral observo
La violenta marca de la infame historia
Tus pequeñas manos tendidas al sol
Claman justicia en una ciudad sin nombre
La desolación se hace cada vez más grande
No solo en ti… sino en mi…sino en Todos…
Así la vida se trasforma
Carne, piel ajada por el tiempo
En un día más de barbarie.
Deja que los dioses respiren a lo lejos
Hermosa niña, vestidos color de arco iris
Mientras aquí abajo, nosotros, los hijos de las estrellas
Nos asfixiamos lentamente en el suspiro de la vida
En el frio de las calles, atravesadas por la indiferencia.
Tu corazón aún puro,
guarda la sabiduría de extintos pueblos
Sonidos de cristalinas aguas y cantos de aves multicolores.
Tu sonrisa es ironía de la existencia
Hermosa niña, cabellos de profunda noche
¡Hija del Olvido! Caminante de calles desoladas
Donde se desplaza más fácil el corazón
Que la tierra que te es negada.
Conocí la Nada, en la observación de aquellos ojos tristes,
desolados y sin esperanza,
en el silencio constante de ésta generación,
donde los versos, evocan la memoria de fantasmas
y el canto de un loco en las calles al otro lado de la ciudad...
Donde la poesía se quiebra en la mente antes de salir del cuerpo.
II
Escuchamos silbar la noche
Pequeñas luces descendían la montaña…
¡Que triste el caserío en llamas,
iluminado por los techos de las casas!
Decían los hombres ultrajados:
No me maten! Yo no hice Nada!
La pequeña patria olvidada,
en la noche de los silenciados…
La mañana revelo el horror
El camino envuelto en llanto
La incertidumbre de no saber a dónde ir
Los pasos pesados, la huida hacia una ciudad gris
Atrás quedó tu padre en el silencio absoluto
Ahora cautivo en un recuerdo de la memoria
Allá donde muchos dejaron la vida,
Allá donde todos dejamos nuestra alma.
Recuerdo: ahí estaba ella, con los ojos claros y puros,
Que exhortaban el viento fundido
entre el humo de una ciudad,
sus manos temblorosas
se alzaban en busca de las manos del transeúnte,
era tan delicada e inocente aquella niña hija del olvido,
mientras la ciudad pasaba indolente,
aplastante ante la historia hecha carne
y la carne hecha sangre.
III
El dolor de las víctimas,
La memoria olvidada,
Tu angustia que es mi angustia,
Tus lagrimas que son mis lágrimas
La silenciosa voz de los muertos
Que en las noches más fuerte hablan.
La memoria olvidada,
Tu angustia que es mi angustia,
Tus lagrimas que son mis lágrimas
La silenciosa voz de los muertos
Que en las noches más fuerte hablan.
*Wahider Cardona Hernández Pereira 1982. Creador, investigador y Gestor
Cultural. Director del Colectivo Villa Gallinazo, espacios para el arte y la
cultura en la ciudad de Dosquebradas en Risaralda. Fundador y miembro del
comité editorial de El Búho Tuerto, Revista Indoamericana de Cultura (2006). Libro Letras
y Trazos, Ed. Villa Gallinazo (2008). Creador de la página homenaje en
la red social facebook al Poeta y escritor Colombiano Gonzalo Arango (2009).
Dirección de la obra de creación poética, colectiva y experimental Cementerio
Exquisito, Poesía de Alcantarilla, Creación Colectiva a través de una Telaraña
Virtual (2011).
Contacto
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electrónico:
Twitter:
@WahiderCH
Cel.
3115175823
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