“…Roja es la materia, brutal y pesada.
Siempre se debe combatir el color rojo y vencerlo.”
Rojo
Hay quienes sólo nos inspiramos en la noche.
Pero hoy no está oscuro. Hoy es de día, 1:11pm.
La noche trae consigo, una vaga sensación bohemia,
un poco de melancolía y, a ratos, desazón. Tristeza.
El deseo, hoy no es lo mío, te recuerdo.
Y es que recordarte, es como sentir un huracán
me desorganiza, daña, y me destruye el alma.
Llevándome, curiosamente, a la anhelada ruina.
Aún, cuando la tarde en curso pinta lluviosa,
porque el sol tardío, no se asomó y mejor así
el rojo sangre te hierve y me hierve en los labios,
me lleva al punto culmen de anhelar tenerte aquí.
Ansiándote en una noche bohemia, triste, lustre y opaca.
-o en un día de lluvia, como este sobre el que escribo-.
Quiero tenerte aquí para hacerte mía y explorar la biología
que nos compone, sentirnos rubro por rubro, minuciosamente
en el pecado nato, que tenemos en común: el placer carnal.
Ansío saberte aquí, para destripar el abandono que me arde
y así, ahogar las soledades de nuestras almas en el cuerpo
del éxtasis, en la pena de los tangos y en poemas rojos de suicidio.
La noche se hace más amena para escribir poesía.
-es una larga historia de poetas beodos y míseros-
Y no soy un poeta, ni lo seré; aunque intente escribirte.
La lluvia diurna invade el tejado y se desliza por la ventana,
me hace desearte aquí para hacer poesía en tu cuerpo y, así,
escribir con mi pincel y mi grafía, en nombre del amor,
sobre tu lienzo en blanco: te amo, eres mi vida, y mi muerte.
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