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lunes, 30 de abril de 2012

Neo-culebreros y otros Eróstratos

“Nosotros los artistas”, bajados del ano del diablo,  llenos del caos, importamos palabras, adjetivamos, destruimos.  Somos la peor poesía flotando con las   metáforas, como cadáveres en el río Medellín. Somos los vulgares apóstatas. Somos los artistas que nos follamos a Eróstrato en las redes sociales. Nos  declaramos una cucaracha  política que usurpa la cocina de las mansiones y somos pequeños burgueses hablando de calle. Somos el fuego apagado por la baba de los amores pasajeros.  El meteorito lleno de mierda que llegó a Medellín  para enterrar a todas las momias intelectuales –perdón por ser tan académico-  A todos los Neoculebreros fantoches llenos de polillas en sus libros mamertos y melifluos discursos de rescatar a Latinoamérica y hacerse sus pajazos mentales de revolución.  Nos declaramos muertos, y no queremos llevar ninguna post mortem con nuestra risa de lobos en las puertas del alcohol.

“Nosotros los artistas” Somos el istmo del olor de una axila marihuanera, somos la generación que cree en la masificación de la diarrea como exterminio. Somos neoludistas hipócritas que hacemos cartas al vómito con teclados. No somos saltimbanquis de parque resinificando profetas, somos espirituales en la eterna primavera con la filosofía del sacol. Somos la generación de la carcajada, hacemos rayuelas con la sangre verbal de hispters y de la masificación de la contracultura por ser tan estúpidos como nosotros, y solo creemos en las zarigüeyas que conoce más de la calle que cualquier bohemio paisa...

 A nosotros nos mataron todo, y somos la colilla tirada y pisada por mamuts metálicos. Somos los fantasmas que asesinan a los académicos con cuchillos de mocos y cualquier secreción amistosa.  Nuestra poesía es bufa y no es una chupa medias buscando un renombre en ese izquierdismo hecho un circo.  Seremos los invisibles, pues nuestra iconografía es el vituperio sobre el asfalto. Nuestro cuerpo es una fotografía llena de esquirlas de asco. Y ustedes neoculebreros , sí, ustedes que leen esto los señalamos con nuestros dedos llenos de mugre y olor a nicotina, los señalamos a ustedes jóvenes con complejo mesiánico,  ustedes   marmotas de lo virtual e iluminados de Oriente, ustedes generación del hedonismo, los señalamos por ser bufones y los aplaudimos por ser tan estúpidos.

A nosotros nos pasó un buldócer generacional encima de nuestro cráneo, y nos quedó el intestino grueso, para salir a las calles y hacer grafitis de mierda, salir a las calles vestidos de anos para alardear nuestro discurso de mierda, y dejar que las eminencias se apoltronen en palacios y que se llenen su curriculum vitaee para llamarse artistas.

Qué viva la bandera que izamos sobre los lóbulos frontales de los estúpidos, qué viva la fiesta de vivir porque somos la metástasis  del dolor enardecido, qué viva la inutilidad de nuestro arte:  Nosotros no somos poetas: ¡somos poesía!, esa poesía que nació de la bilis, de la herpes bajo el aroma de un crisol, nosotros somos la poesía del asfalto lleno de musgo, nuestras metáforas son ladillas a los jóvenes godos, nuestro AK- 47 es un gargajo mañanero del absurdo, nosotros somos la poesía sin rostro, pues los que son Poetas nos tiraron ácido sulfúrico en la cara y compraron un terreno poético en la ciudad

No nos crean bastardos, a nosotros nos desplazaron por ser parásitos de la ciudad.  Crucificamos sancudos, pues ustedes señores llegaron a salvarnos: neoculebreros.   

Nuestra sangre es café de greca,  y le cantamos a los grillos en los oídos, no somos bípedos y somos ranas llenas de veneno, saltando por los edificios donde se amontonan la papelería de los códigos binarios.

Le cantamos a la vida haciendo apnea en las aguas negras, y besamos a nuestras musas en la esquina del hampa.  No somos poetas somos poesía.  

 Escupimos la baba de un comején carnívoro, somos la piltrafa endémica de la ciudad, nuestra oralidad es chéchere explosivo de desencanto, y  no somos revolucionarios vestidos de escafandras revoleando con el diccionario mamerto. No somos los destructores de los ídolos, no somos la nueva poesía, no somos el baladí de vanguardias tomando vino en los muladares, nosotros no crucificamos a Dios, y no nos tiramos pedos en un confesionario, nosotros no somos los incendiarios, nos mataron todo y el  hombre ha  muerto, decidimos no seguir matando.

“Nosotros los artistas”  vamos a follarnos la noche y el absurdo. Neoculebreros y  otros Eróstratos: bienvenidos a nuestro infierno. Amén. 

2 comentarios:

  1. crudo cotidiano rapido insolente ironico como una sanguijuela pegada de un sidoso

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  2. Si las personas se dedicaran fielmente a escribir poesía y a señalar menos y hablar menos de los demás la cosa sería diferente. Lastima que utilizan la palabra para estos fines cuando hay tanto en verdad que espera ser dicho.

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