Esos rostros que veo,
descripción de nada
en ellos tal vez...
en ellos tal vez...!
Que dicen, quien habla,
por que corren de su
propia voz, de si mismo?
Como esconderse, estar seguro,
o simplemente deshacer
el yo interior-parlante...
o simplemente ¿para qué?
Quien no sobreviva a si
mismo está condenado a
ser parte de los marchantes...
Miedo o terror; miedo y terror...
de sí y por sí mismo...
Los caminos siempre son
los errados, tanto el bueno y el malo,
del mártir o del paranoico...
Vuelve el miedo, ese que se
siente a sí mismo. Por eso
huye, huye de todo, marcha
al rio y nada en este,
déjate llevar, así sobrevivirás
y el único temor será no tener un peso para llenar
tu avaro pensamiento...
Resuenan tus palabras con
el eco del miedo en ellas...
Miedo de hablar, por ser acción-reacción, por la misma reciprocidad de los actos: hablo, me respondo y me responden.
La respuesta como transformación del opuesto o de la afirmación, siendo el opuesto la incomodidad de palabras no deseadas.
Opuesto al ego, por lo tanto molesto... (A veces creo que escribir con la mano izquierda embellecería mi caligrafía).
Me hallo en mi babilonia,
aquí mi voz es la dueña de todo pensamiento
y de toda inconsciencia devenida en acto,
sean besos, caricias, golpes, odio,
muerte y caos contenido.
Acto alguno: un paso y un pensamiento.
parce hundamos los egos en el vacío que trae la iluminación que la conversación incesante e insensata de nuestra humanidad encarcelada se sumerja en el silencio absoluto de la meditación.
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