Sólo se escucha un respirar,
Un sonido profundo, que significa
Que aún duerme,
Que aún toma su siesta.
Así, inconsciente no se da cuenta
Que entre más tiempo pase,
Su vida se extingue,
Se hunde más en mí, en sí,
Pero no para sí.
Aún no sabe, no se siente como
Es de necesario… como a gritos toco su féretro,
Donde duerme.
Muerto o vivo, cansado, desesperado,
No atiende… mientras, todo se carcome lo poco que queda,
Los huesos pálidos de memorias, de recuerdos…
No llamo a los recuerdos,
Te llamo a ti, ser insaciable,
Corrupto, corruptor a los ojos ajenos;
Te llamo, oH! Monstruo de lo profundo,
Demonio pálido,
Ser de los mil actos,
De los mil hechos sin momento;
Te llamo para no morir, para volver
A gritar en aquel balcón,
Para hacer y deshacer;
Para mirar y solo seguir;
Sentir más que nada, más que todo;
Volver para sí, para mí,
Y ser odiado por odiar...
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