Las fibras de las cobijas
cada una se apropian de mi cuerpo.
Inmóvil
soy una con el colchón
mi forma se imprime profundo
entre los resortes
los plieges se funden más
en mi piel.
Nada responde
-no quiero-.
El nuevo día parece salir
apoyándose en mi.
Mas aun anhelo:
continuar yaciendo.
Me sobra el "cada una" del segundo verso.
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