Iba la luna extrañando la noche;
Iba la luna en su hilo de muerte;
En silencio, acompañada sola, a su suerte.
Extrañaba la noche, extrañaba a los seres invisibles,
Mientras su autopista solo era guiada por hilos,
Y su fin, acompañar a los insanos vivientes.
La luna de locos, la luna de nadie.
La luna de locos, OH! Pobres infames
Dueña de la insania, dueña del mar,
Posee OH, todo este basto lugar.
Llévanos al averno, y quema toda conciencia,
Guía todo hacia los límites de la razón,
Abre las puertas a la inconciencia.
Desinhibe todo ser, despójalos del ropaje,
Descubre su profundidad, descúbrelos a la muerte,
Dale fin al tiempo, al azar y a toda su suerte.
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