Estoy aquí esperando que se agote toda la paciencia de estar solo y escuchando otras soledades inesperadas.
Escucha como lames tus pensamientos distorsionados, creo que la locura empieza por soledades despiadadas que acaban fabricando neuronas desorbitadas y carcomidas, como si fueran muebles rústicos y sucios.
Pero eso sólo lo pienso así, no sé si sea la verdad ni me interesa la calidad del razonamiento o el grado de desorden mental que contenga.
No comparto la idea de ser un acompañado inútil que estará siempre cumpliendo con un rol social que nadie quiere cumplir sin ser forzado.
Así empieza esta historia que no espero que sea leída por nadie sensato, pues ellos son los que han construido un supuesto mundo de reglas que llevaron a la insensatez y a la imbecilidad disfrazada de buena voluntad.
Tampoco quiero que estas notas desordenadas, sean interpretadas por los eruditos personajes de escritorios de caoba o de metal oxidado que creen descifrar hasta los sueños más profundos, los temores más lejanos, los ruidos más distorsionados o bellos y, hasta lo que los perros piensan antes de morir atropellados.
Sé que cualquiera que lea esto descifrará mi estado mental y se dará cuenta que evidentemente estoy desquiciado, pero si la locura fuera mala, los momentos más intensos de mi vida no los hubiera pasado de una manera despreocupada y fingiendo la cordura sin problemas.
La locura es brillantez y sueños desarticulados pero famélicos y escudriñados de una manera en que los que son cuerdos no lo podrán hacer jamás.
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