*Ana Gabriela Banquez Maturana. Administradora industrial y aspirante a Maestría en Inteligencia Artificial, con experiencia como investigadora científica en el grupo “calidad y productividad organizacional integral” de la Universidad de Cartagena-UdeC (COL0048115). También miembro de los consejos editoriales de las revistas “Journal of Small Business and Enterprise Development”, “International Journal of Blockchains and Cryptocurrencies”, “Journal of Health Organization and Management”, “Journal of Global Operations and Strategic Sourcing” y “International Journal of Creative Computing”. Además, funcionaria de la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad de la UdeC. Miembro de la Red Iberoamericana Interdisciplinaria de Investigadores, nodo socio-jurídico y revisora científica en revistas de alto impacto (Q1 y Q2) (Web of Science ResearcherID: HOA-8090-2023) como “International Journal of Population Data” (Q1), “International Journal of Lean Six Sigma” (Q1), entre otras. Autora de cinco libros literarios y colaboradora en más de cien publicaciones literarias en múltiples revistas internacionales.
martes, 14 de enero de 2025
"Maldito amor por conveniencia" poemas de Ana Gabriela Banquez Maturana
Amor
En su mirada, perdía mis certezas,
un laberinto de misterios y promesas.
Ella, mi musa y mi destino,
con su extraña forma de ver la vida, me llevaba al abismo.
Entre susurros de sueños y secretos,
me sumergía en su universo sin pretextos.
Amor era perderme en su mirada profunda,
donde cada destello era una ventana al mundo.
Ella, mi guía en la noche oscura,
con su luz iluminaba mi aventura.
Caminábamos juntos, hacia el paraíso soñado,
donde el tiempo se detenía y el amor reinaba a su lado.
Sus palabras eran versos en mi corazón,
cada latido un eco de su pasión.
En su abrazo encontraba mi refugio,
donde el amor florecía con un dulce sortilegio.
Amor era perderme entre sus besos,
donde el tiempo se desvanecía y éramos eternos presos.
Ella, mi musa, mi inspiración,
me llevaba de la mano hacia la redención.
En su extraña forma de ver la vida,
encontraba la razón para vivirla.
Ella, mi guía, mi luz en la oscuridad,
me llevaba al paraíso, con su amor como verdad.
La despedida
Oh, cruel amante,
Tus ojos eran tormentas que arrasaban mi jardín de esperanzas.
En las esquinas de mi alma,
Se escondían los fantasmas de tus promesas rotas,
Y yo,
Una poetisa sin muso, te escribía en versos de despedida.
¡Ay de mí!,
Mis lágrimas eran ríos desbordados, y tú, un navegante sin brújula.
Así,
En la penumbra de mis noches solitarias, te dejé ir, como un verso olvidado en un libro antiguo.
Y ahora,
En la quietud de mi corazón herido, sigo buscando las palabras que nunca pronunciaste.
Maldito amor por conveniencia
¡Oh,
pérfido destino de amor mercenario!
Te
marchaste tras curvas de embaucadora silueta,
dejando
en mi pecho la estela incompleta
de
un dolor inclemente, un sufrir necesario.
Tus
labios, de filtros depravados esclavos,
me
sumieron en abismos de amarga condena,
quebrando
mi espíritu con una cruel cadena,
de
mi dignidad solo sombras y cráneos.
¿Acaso
valió tu traición unos besos,
noches
de lujuria, un ego inflado?
O
tal vez caderas y sonrisas de raso,
la
avaricia de un futuro en tu lazo.
¿Cuánto
te costó olvidarme,
fue
un par de besos, noches infames,
o
solo un poco más de carnal ardores?
Quizás
fueron caderas, una sonrisa encantada,
una
ambición vacua que en la brisa se desbanda,
y
tu amor, tan falso, en el ocaso.
En
mi pecho queda un dolor que no cesa,
y
el recelo de un amor ultrajado,
un
tormento perpetuo que no amanece.
La
traición se engalana, con risa cínica,
dejando
cicatrices en mi alma etérea,
destruido
por un amor mendaz.
Oh,
maldito amor, por ti perdido,
te
llevaste mi paz, mi fe, mi hálito,
dejando
solo un cruel lamento.
Y
en esta lírica de desdicha y pena,
recuerdo
tu engaño, tan lleno de hiedra,
y
me pregunto cuánto más me queda.
¿Valió
tu traición un instante fugaz,
o
el fulgor falaz de un amor rapaz,
que
dejó mi corazón en ruinas?
El
barroquismo de tu traición me ensombrece,
y
en la metáfora de tu amor ficticio,
solo
queda un suspiro sumiso.
Remordimiento
Caótica
mi alma sin tu ser presente,
en
el laberinto de mis días te busco,
sin
hallar más que ecos de tus pasos.
El
tiempo, verdugo inclemente,
me
priva de tu risa y de tu llanto,
de
tus ojos que iluminaron mis noches oscuras.
Cada
segundo es un tormento,
un
recordatorio cruel de mi ceguera,
de
mis elecciones que nos alejaron,
de
mi incapacidad de amarte a tiempo.
Oh,
elegía de mis lamentos,
versos
tristes que al viento lanzo,
mi
corazón, prisionero de su soledad,
clama
por el calor que ya no tiene.
Mis
errores, fantasmas incansables,
se
ríen en mi cara, me susurran tu nombre,
y
cada latido se convierte en un eco vacío,
en
un reflejo de lo que pudo ser.
En
rimas te conjuro, amor perdido,
esperando
que en algún rincón del cielo
puedas
escuchar mi arrepentimiento,
mi
deseo de volver a encontrarte.
Quizás
un día, en otro tiempo, en otro mundo,
nuestras
almas se reconozcan, se abracen,
y
en esa eternidad sin tiempo
nunca
más deba vivir sin ti,
sin
el sonido de tu risa, sin la luz de tu mirada,
sin
el amor que siempre debí demostrar.
Pero
mientras tanto, en esta vida errante,
solo
me queda el lamento de mi ser,
la
constante añoranza de lo que fue,
y
la esperanza de lo que aún podría ser,
si
pudiera, al menos, una vez más,
demostrarte
todo lo que en mi corazón llevé,
todo
el amor que por ti siempre sentí,
y
que nunca supe expresar,
hasta
que te perdí.
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