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miércoles, 4 de septiembre de 2024

"Todo y nada qué decir" poemas de Daniel Torres

 

¿Qué vieron los poetas en el mar?
 
Lautréamont, Bécquer, Borges
¿Qué vieron los poetas en el mar?
¿Dimensiones alternas escondidas en las olas?
¿Dioses antiguos dibujados sobre la espuma?
¿El presentimiento del mal del siglo,
entre las siluetas lejanas de los pulpos?
Posaron su mirada en las profundidades
alcanzaron a escuchar con intuición sobrenatural
los guturales rugidos del enorme kraken
que vive y se mueve en el subsuelo acuático del mundo.
descubrieron para su horror, que ese mismo monstruo colosal,
tiene su doble en el corazón humano.
el mar, los ríos, las lagunas, son el sistema circulatorio de la naturaleza.
 

Visión
 
Entre las grietas de mi pensamiento,
nacen inquietudes hechas de tiempo, abandono y arena.
El silencio que ahoga los angostos pasillos de mi conciencia
fue hace mucho una suave melodía de cuerdas.
 
La rapidez con que giran entrelazadas la muerte y la vida
ha convertido a ambas para mí, en una sola visión.
mis retinas ya cansadas, y mi esperanza ya degastada, enmudecen.
raíces nacen de mis pies, ahora sólo quiero volver a la tierra.
 

Todo y nada qué decir.
 
No tengo nada qué decirle a la vida
ella está completamente llena de sí misma.
Los cuerpos vivos, no piensan.
Los cuerpos vivos, sin mediar palabra sensata,
se descargan unos con otros salvajemente.
Desperdiciar palabras intentando hacer entrar en razón
engranajes de carne presos de potentísima libido ciega,
es como querer detener el derrumbe de una montaña con las manos.
A la muerte, en cambio, tengo todo por decirle.
Ella está por hacerse; la muerte está sola.
Los cuerpos muertos, son abismo móvil.
Han interiorizado el vacío y la profundidad del mundo.

 
*Daniel Torres actualmente cursa pregrado de filosofía y psicología, graduado como tecnólogo en cine y fotografía en 2015. Entre sus intereses principales están la literatura, el cine y la poesía.  Entre sus autores favoritos están; El conde de Lautréamont, Fernando Pessoa, Gastón Bachelard, Ernst Cassirer y Thomas Mann.

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