El fondo y Dios
La ventana se abrió, verde... Ya no eran castaños, eran verdes, verdes de esperanza. Sin embargo, la esperanza era lo que le faltaba. A través de la ventana del alma, ahora verde y húmeda, brillaba un resplandor helado y profundo. Fue entonces cuando ella se perdió en pensamientos sin sentido y se dio cuenta de lo mucho que le gustaría estar en el fondo.
El fondo siempre fue su refugio privado, iba y venía con facilidad, le gustaba visitar, pero había decidido no volver. Sin embargo, por un instante, se sintió tentada, provocada. Es cierto que el fondo asfixiaba y ese miedo la molestaba. Pero nunca tuvo miedo, siempre se sintió segura, porque el fondo siempre fue su lugar.
Tenía ganas de volver a visitarlo por última vez. En el fondo todo estaba negro, silencioso, sin vida y el dolor no la alcanzaría. De repente, sin darse cuenta, su memoria se volvió vaga y débil.
¡Ella sintió un escalofrío!
Esta vez el fondo no sería suficiente.
Miró a un lado, prefirió no comentar, las piedras doradas del camino no estaban allí. Pensó en cómo llegó allí y las respuestas simplemente no le vinieron a la mente.
¡Estaba perdida!
Pensamientos vacíos sobre cómo regresar la invadieron y fue cuando notó que faltaba otra pieza de sí misma, pero cansada, fingió que no había dolor.
Levantó la cabeza y un par de ojos castaños la miraron. Se secó la cara, no quería parecer frágil, porque no lo estaba y necesitaba continuar.
Sólo por un momento miró hacia arriba y pensó: “¿Dónde estaba Dios?”
En medio del silencio de sus pensamientos volvió a reflexionar sobre cómo llegó allí y cómo volvería. Se miró los pies y vió un vacío sin fin. Miró hacia adentro y se encontró allí.
Frente a ella vió un fragmento de papel y pensó poner en él todo lo que había en su corazón. Por un segundo se sintió ligera, se olvidó de por qué estaba allí, cuando terminó miró hacia un lado y sin embargo no vio nada.
Sin embargo, siguió y surgió un nuevo camino. Reflexionó sobre el por qué, volvió a mirar hacia arriba y en silencio agradeció a Dios, que siempre estuviera presente.
O fundo e Ele
A janela se abriu, verde... Eram verdes, não mais castanhos, verdes de esperança. Porém, esperança era o que lhe faltava. Através da janela d’alma, agora verde e molhada, cintilava um brilho gelado e profundo. Foi quando ela se perdeu em pensamentos sem sentido e percebeu o quanto gostaria de estar no fundo.
O fundo sempre foi seu refúgio particular, ia e voltava com facilidade, gostava de lhe visitar, porém tinha decidido não regressar. Contudo, por um instante, se sentiu tentada, provocada. É verdade que o fundo sufocava e que o medo incomodava. Mas ela jamais teve medo, sempre se sentiu segura, pois o fundo sempre foi o seu lugar.
Sentiu vontade de revisitá-lo por uma última vez. No fundo tudo era negro, silencioso, sem vida e a dor não lhe alcançaria. De repente, sem perceber, sua lembrança se tornou vaga e sem força.
Sentiu um calafrio!
Dessa vez o fundo não bastaria.
Olhou para o lado, preferiu não comentar, as pedras douradas do caminho não estavam por lá. Pensou em como havia chegado até ali e as respostas simplesmente não lhe vinham à mente.
Estava perdida!
Pensamentos vazios sobre como voltar lhe faziam companhia e foi quando notou que faltava mais um pedaço de si, porém cansada, fingiu que não havia dor.
Ergueu a cabeça e um par de olhos castanhos lhe fitou. Secou o rosto, não queria parecer frágil, pois não era e precisava prosseguir.
Só por um momento olhou para cima e pensou: “Onde Deus estaria?”
Em meio ao silêncio de seus pensamentos refletiu novamente sobre como chegara até ali e como faria para voltar. Fitou os pés e viu um vazio sem fim. Olhou para dentro e se encontrou ali.
A sua frente viu um pedaço de papel e pensou em fazer caber tudo que havia dentro de si. Por um segundo se sentiu leve, esqueceu porque estava ali, quando terminou olhou ao lado e ainda assim nada viu.
Entretanto, seguiu e um novo caminho surgiu. Refletiu sobre o porquê, olhou para cima novamente e agradeceu silenciosamente a Deus, por Ele ter sempre estado presente.
The bottom and Him
The window opened, green ... They were green, no longer brown, green with hope. However, hope was what she lacked. Through the soul window, now green and wet, an icy and deep glow gleamed. That was when she lost herself in meaningless thoughts and realized how much she would like to be at the bottom.
The bottom was always her private refuge, she came and went easily, she liked to visit, but had decided not to return. However, for a moment, she was tempted, provoked. It is true that the bottom suffocated her and that fear bothered. But she was never afraid, always felt safe, because the bottom was always her place.
She wanted to revisit him one last time. Deep down everything was black, silent, lifeless and the pain would not reach her. Suddenly, without realizing it, memory of her became vague and weak.
She felt a chill!
This time the bottom would not be enough.
She looked to the side, preferred not to comment, the golden stones on the path were not there. She thought about how she got there and the answers just didn't come to her mind.
She was lost!
Empty thoughts about how to get back kept her company and it was when she noticed that another piece of herself was missing, but tired, she pretended there was no pain.
She lifted her head and a pair of brown eyes looked at her. She wiped her face, didn't want to look fragile because she wasn't and needed to continue.
Just for a moment she looked up and thought, "Where would God be?"
Amid the silence of her thoughts, she reflected again on how got there and how would go back. She looked at her feet and saw an endless void. She looked inside and found herself there.
In front of her saw a piece of paper and thought to put everything that was in her heart on it. For a second she felt light, forgot why was there, when finished, looked to the side and still saw nothing.
However, she moved on and a new path emerged. She reflected on why, looked up again and silently thanked God that He had always been there.
*Cilene Muriel Pereira - nacida el 7 de septiembre de 1981, es brasileña y vive en São Paulo - Brasil. Licenciada en pedagogía por la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), escribe poesía como hobby desde su adolescencia. Apasionada por los niños y la naturaleza, encantada por las personas y la vida, trata siempre de registrar sentimientos y bellezas escondidas en sus poemas. Debutó en 2020 cuando publicó algunos de sus poemas en la Revista Innombrable y tendrá poemas publicados en la "Colectânea Mulherio das Letras Portugal 2021".
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