La poesía es mi tabla de salvación, mi pequeño refugio, la savia de la vida, mi forma de comunicarme con los dioses.
Heidegger tiene dos palabras para hablar de poesía: Dichtung y Poesie. Con la primera expresa la poesía del arte en general, y con la segunda la poesía como género literario. Yo necesito de las dos.
El arte para mí es vital, de primerísima importancia, y eso en estos días de pandemia se ha hecho más patente. Sería difícil vivir sin música, sin un relato, sin una película, sin pintar un cuadro.
Pero hay días que yo necesito desesperadamente un poema, escribir uno, o leer un poema de cualquier poeta del mundo, de cualquier época, que me ayude a vivir, que me salve de este naufragio, de mi extravío.
Yo tengo un poema donde trato de decir esto.
El poema
Si el poema no llega estamos perdidos
El poema nos encuentra y nos salva
El poema
hermano de la aurora
alumbra el camino de los desventurados
Pero no se puede vivir perennemente en el poema
Por eso,
cuando me siento extraviado
Invoco un poema
Él conoce el camino de regreso.
Haikul
El azul azul
Del cielo y su desnubez
Del amor la nuez
Jugar
Mi primer juguete fue el silencio
El cálido vientre de mi madre
Luego el desamparo
Triciclo de asombro miedo y llanto
El extravío de un niño que no sabía nada de caballos
Solitario
Buscando refugio en las palabras
La risa es mi nuevo reino
Mi último barco de papel
Mi cáscara de nuez
Invencible y frágil ante la impetuosidad de los vientos
Yo no siempre he tenido juguetes
Pero nunca he dejado de jugar
Infancia
En mi niñez las calles eran más grandes
La lluvia las convertía en ríos tormentosos y oscuros
Que corrían tras la tarde como perros por su presa
En mi infancia todo era inalcanzable
Excepto la luna
Que se dormía en los charcos de agua
Y despertaba con el canto del gallo
Años después
Creí caminar por un pueblo en miniatura
Las paredes de las casas tocaban mis hombros
Llamaban mi atención
Como pidiendo una limosna
a un vecino que salió hace muchos años
y ahora regresa rico
Yo venía con las manos vacías
Sólo podía ofrecer migajas de recuerdos
desvanecidos por el tiempo
que buscaban sus pares por entre los escombros
El ceibo estaba allí
El río
La plaza
Las calles
El chirimoyo
El horno de pan
No estaban mis amigos
No estaba mi padre ni su caballo
Faltaba mi triciclo
Mi escuela
Mi guayabo
Mujeres con túnicas negras bloqueaban las entradas
Enterraban a sus muertos en la nueva iglesia
y encendían hogueras para quienes tuvieran otros ojos
Alguien había roto mi pueblo de juguete.
Poetería
A Amale Haddazi
I
Nave de poetas
deambula perdida
la mar de la noche
ninguna salida
El indócil viento
da la bienvenida
numenosos miedos
peligra la vida
La niebla apacigua
las almas sagradas
y el buque fantasma
detiene la nada
El sol del invierno
desnuda las aguas
y sus tenues rayos
anuncian el alba
II
De pronto el relámpago
del búho a la amada
un grito o un canto
en fría madrugada
Mensaje cifrado
de alma desgarrada
que tal vez no llegue
a la ansiada morada
Anhelando un vuelo
de alas sagradas
mirando a unos ojos
la misma mirada
III
Los poetas reman
palabras de amor
por abrigo el cielo
cantan su dolor
Los poemas son
del poeta tristezas
alegrías y penas
y alguna vileza
El nuevo poema
la semilla fiel
de la verde encina
y la dorada miel
Maltrecho el poema
busca su azafrán
al ave perdida
refugio le dan
Picotea migajas
de cerca y de lejos
del puerto harapiento
licores añejos
Las horas veloces
rápidos corceles
de azules cabellos
la vida en pinceles
Un niño llorando
encuentra el poema
como pájaro herido
que alivia su pena
*Gonzalo Fragui. Nació en Mucutuy, Mérida, Venezuela, 1960. Poeta, narrador, periodista y editor. Licenciado en Comunicación Social. Magister en Filosofía, y Candidato a Doctor en Filosofía por la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Co-fundador del grupo literario y del fondo editorial Mucuglifo.
Ha publicado los poemarios: De otras advertencias, Dos minutos y medio, La hora de Job, Viaje a Penélope, Obra poética (1989-2004) y Epistolabio.
Igualmente los libros de anécdotas y relatos breves Poeterías, Ebriedades, El escorpión de Cera, Minitaurus, Cronopioscopio y el libro de humor campesino Pueblerías.
En 2001 obtuvo el Premio de Poesía de la III Bienal Nacional de Literatura Juan Beroes, Estado Táchira.
En 2008 el Premio de Crónica de la Bienal Orlando Araujo, de Barinas.
En 2014 la II Bienal de Literatura Argimiro Gabaldón, de Portuguesa.
En 2015 la I Bienal de Humor Alí Gómez García, Caracas.
Actualmente trabaja como Director de la Unidad de Literatura en la Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida.
Material para nutrirnos! Y qué falta hace!
ResponderEliminarAllí Vamos
ResponderEliminarPasamos esta parte del rio
aunque el maíz está verde
las flores no han florecido
ni la mazorca ha salido
Allí vamos
Luchando con la pandemia
con la comida escondida
con el bloqueo encendido
con la verdad maltratada
con el país en sangrado
con la ilusión despertada
Allí vamos
Con democracia prendida
con elecciones ganadas
con rumbo a la realidad
con justicia desafiada
con igualdad programada
con la libertad ganada
Allá vamos
Los guerreros del caribe
los hijos del arahuaco
las tribus de Guaicaipuro
los negros del Rey Miguel
los lanzaros del Apure
los mulatos de Caracas
los zambos de tó el país
Allá vamos
Con la milicia de Miranda
con el ejército del llano
con las tropas de la libertad
con las mujeres de la guerra
con los niños libertadores
Allí nos vemos
bajo el manto de Guaicaipuro
de la ilusión de Miranda
de la educación robinsoniana
de la lengua de Andrés Bello
de la espada de Bolívar
del despertar de Chávez
Allí nos vemos
Pasando la otra parte del río
PedroAGarcíaZ