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Es la capacidad de descifrar en una palabra la caída de una gota de lluvia y el silencio que da paso a la tormenta. Decía Miguel Ángel Asturias que la poesía es el encuentro de las palabras, por ello son aquellas palabras que el viento recoge a través de voces y conjuros. La poesía es un manto que acoge las sombras en calles de miedo, en panfletos y en muros. La poesía es un germen liberador, es una plegaria que se abandona en los silencios y despierta en los sonidos del alba. Es el arco iris desplegado en el lienzo y el huracán cuando exclama a través del viento, así como la hoguera saluda al fuego.
Es la poesía el sembrado de un surco en alabanza al cosmos y al universo, es pregonera de sueños, elixir y sabia de la vida. Hay poesía en el carpintero que tornea la madera y en la mujer que guarda sus lágrimas ante el hijo ausente, hay poesía en el responso, en el epitafio y en la oración clemente.
Señuelos
Camino sobre las estelas
que dejan tus pasos sobre el silencio,
aflorando quimeras y tormentos
para llegar, por fin, a mi destierro.
Un oasis de luz creía encontrar
al percibir entre tu rastro, un señuelo,
vaya osadía, atreverme yo a confiar
cuando tu razón no admite, algún consuelo.
Vago sin rumbo entre el agreste espacio,
sin timón que señale el norte,
de azares jugamos, como rito diario
sin proveer de ruta al horizonte.
Aspiro hoy, junto al mar sereno,
que mi lugar de precaria lejanía,
logre deletrear las olas de tus besos,
para humedecer mis labios en sequía.
Tragedia cotidiana del sendero prohibido,
del viaje en ciernes, la meta confundida,
caminante en sombras, aun en la partida,
solo, al caos del amor, me he rendido.
Aurora
Otrora, el bar a media luz,
y sus ojos penetrantes
reflejaron el fulgor de la pasión.
Hoy, luego de ese tiempo gastado,
la pasión es quimera, como el lecho frío,
como el cabello en entresijos,
de aquella que entregó besos y caricias
entre lisonjas y lágrimas.
Hoy, cuando el tiempo pasa factura,
cuando las aceras y las calles
miran hacia ti,
vacías y embargadas en frío,
la otrora felicidad, convertida en agonía.
Hoy, las lágrimas se confunden
bajo las sombras
de la soledad ajena.
Hoy, Aurora, tu cuarto
es tiniebla que guarda
las ilusiones marchitas,
envueltas en el fango
de la fatal desidia.
El gacho
El sombrero de ala ancha y corrediza,
gacho gris y arrabalero,
que llevaba el compadrito,
le quedaba requintado
y en la frente, bien tallado.
Gacho gris en arrabales,
en veredas y barriadas
de fandango y frenesí,
con candombes y alboradas,
celebró la muchachada,
las Canciones de Gardel.
El toscano que alargaba
la humareda en la vereda,
su sonrisa reluciente y la luz del cabaret.
Un sombrero en mi recuerdo,
su Aristón de estrapelo,
el farol que ahora enciendo,
en memoria de Gardel.
*Francisco Javier Betancur es Comunicador Social Periodista egresado de la Universidad de Antioquia y vinculado actualmente a la Alcaldía de Medellín. Ha sido ganador por cinco años consecutivos del Festival de Literatura de San Antonio de Prado en el género crónica y poesía. Primer puesto en el Concurso de poesía Alcaldía de Medellín en 2015. Expositor con el Colectivo Artístico Tango y Conjuro en los Parques Biblioteca La Quintana, Manuel Mejía Vallejo y José Horacio Betancur. Así mismo ha llevado sus textos literarios a la Casa de la Cultura la Barquereña de Sabaneta y la Casa de la Cultura de Envigado. La Revista Azahar de Cádiz (España) ha publicado sus poemas durante 30 ediciones entre 2015 y 2020, Emisoras de España, Uruguay, Argentina y Colombia, así como la revista Árcades y el periódico Ciudad Rural han sido también anfitriones de su trayectoria literaria. La Editora Mundo >Nuevo de Medellín publicó su libro “De palabras y Conjuros” en febrero de 2020.
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