Minicuentos de la pandemia
Insoportable
Siguiendo las estrictas órdenes de las autoridades del Estado, ante la pandemia del Coronavirus, procedió a ponerse la mascarilla para salir a la calle. No pudo mantener el adminículo protector por más de un minuto sobre su rostro, no se soportó en ese encierro consigo mismo.
Automedicado
Para disminuir el riesgo de contraer el Coronavirus, ingirió cuanta sustancia o remedio escuchaba que servía para prevenir el mal. No lo aniquiló la letal enfermedad, pero sí lo mató la perversa mezcla de los menjurjes caseros recomendados por los empíricos.
Atracador disconforme
Ayer, por primera vez, después de una larga trayectoria como atracador de rostro al descubierto, me lancé sobre mi víctima con mi respectivo tapaboca antipandémico. ¡Maldito Coronavirus!
Igualados
Salgo a la calle y todos los rostros son similares. Todas las caras que hay a mi alrededor son idénticas a la mía. ¡Endemoniada pandemia.!
Minicuentos para leer de prisa
Suicidio
Impresionado por las infinitas formas que tiene la muerte para aniquilar a los hombres, Justino Alvarado decidió que su muerte sería un suicidio lento y prolongado. Desde ese día se convirtió en un fumador empedernido.
Donante voluntario
Federiko Torres hizo historia por su generosidad. Compartía su patrimonio con todo aquel que lo necesitara. A tal extremo llegó esa magnanimidad que se puso al servicio del banco de órganos de la ciudad y comenzó por donar uno de sus riñones. Fueron tantas y tan frecuentes las donaciones anatómicas que al momento de fallecer, no hubo restos que sepultar.
Crimen perfecto
Sabiéndose desahuciado e imposibilitado por sus precarias fuerzas para liquidar a su peor enemigo, diseñó una máscara tan idéntica de su rostro que cuando se suicidó frente al espejo, cometió un crimen perfecto.
Hermandad
Pretendiendo desvincularse definitivamente de sus cinco hermanos, por la disputa de una herencia familiar, Ángel Fuentes ordenó a su médico de cabecera, que le practicará de inmediato una exanguinotransfusión.
Amputación
Después de sentarme en el avión, abrí el portafolio para buscar mi celular y no estaba .Me toque el bolsillo izquierdo de la camisa con las dos manos y tampoco lo encontré. Al confirmar que lo había dejado en casa, sentí como si me hubieran amputado una de mis extremidades. Al llegar al aeropuerto de Maiquetía, lo primero que hice fue visitar una tienda de celulares. Y a pesar de mi difícil situación económica, tarjeta de crédito en mano, esa que te hace sentir cuando compras que los objetos no tienen precio, compré el más potente celular de última generación. Era la única manera de desamputarme.
Rostro borrado
Para escapar de sus enemigos, se dejó crecer la barba hasta ocultar el rostro casi completamente. Años después, cuando el barbero afeitó su cara y le trajo un espejo para que se viera, su rostro anterior había desaparecido. Desde ese entonces no sabe quién es.
Innombrable
Leí, creo que en una enciclopedia borgeana, la historia de un niño que al escuchar su nombre por primera vez, decidió morirse inmediatamente para no tener que soportar llamarse Anastacio Genovevo Cesario Crisógono Margarito Pitasio Archivaldo Méndez Conde.
Nada
Se conformó siempre con tan poco que se acostumbró a vivir de la nada.
El radioyente
En sus últimos años de vida el abuelo no hizo otra cosa que escuchar radio. Un día la radio del pueblo dejó de sonar y el abuelo más nunca despertó.
Borrachinis
A papá Justo-mi abuelo- y a tío Álvaro,
Allá donde estén.
Vamos a beber hoy y mañana, me dijo. Desde ese día nadie nos volvió a ver sobrios en esta vida, mucho menos en la otra.
Políglota
A Daniel Ernesto Medina
Aprendió a dominar tan elevada cantidad de lenguas que, a veces, le costaba saber en cual idioma se expresaba.
El Imitador
Se hizo imitador de las voces de los más famosos personajes de la política y la farándula nacional, logrando el aplauso del público y la aceptación de la crítica de la prensa especializada en farándula. Sin embargo, nunca volvió a recuperar el timbre natural de su verdadera voz, por más que lo intentó infinidad de veces .No le quedó otra alternativa que vivir con múltiples voces prestadas el resto de su existencia.
Estado Civil
Cuando Sandra recibió de manos del funcionario su nueva cédula de identidad susurró su nombre y soltó una carcajada que retumbó en la pequeña oficina gubernamental. Todos los presentes la miraron con asombro y el empleado que acababa de entregarle el documento, un poco enfadado, le preguntó: - ¿Usted de qué se ríe, señora? Sandra le respondió: -- Es que ahora sí es oficial, y elevando aún más su voz, gritó con euforia: ¡Sandra Guerra, viuda de Rojas! Ja , ja ,ja….
Piel Fundida
Prometieron amarse con toda la piel. Ludovico ofrendó toda su piel. La piel de Rebeca se quedó en el camino fundida en otra piel.
Domingo Criminal
Hay días criminales, según el titular de la página roja de un diario citadino: “El domingo nos dejó seis muertos en la ciudad.”
Desvirginados
La virginidad ha quedado, única y exclusivamente, para las advocaciones marianas. Las otras féminas del planeta tierra (y una no tan escasa cantidad de la población masculina) han sido satisfactoriamente PENETRADAS.
Infiel
Margoth le fue infiel a todos sus amantes con Raúl, su amor imposible.
Para saber si sí o si no
Al ingresar a la universidad, nos hicimos amigos. Albenis estudiaba ingeniería y Liset, medicina. Ella era rubia, de grandes ojos claros, intensos y envolventes. En nuestro primer encuentro, fue lo único que logré captar de su delgada y bien delineada figura. Sentir su mirada me fascinó al instante, perdí la noción del tiempo y de la realidad. Durante muchas noches le hice el amor y me le declaré en sueños. Todo se redujo a lo onírico. Ensayé mi declaración amorosa en infinidad de oportunidades, fue inútil mi esfuerzo. Nunca le hablé de mis sentimientos. Mi timidez venció al amor.
Una tarde, Liset despidió a Albenis con un beso. Cuando él se marchó, le pregunté, que desde cuándo eran novios. “Desde que me cansé de esperar por ti”, respondió.
Inédito
No tengo protagonista, carezco de argumento, mis personajes no han nacido, no poseo páginas. No he encontrado un autor que se comprometa a contar lo que quiero contar. Ningún tipo de narrador se ha presentado, ni en primera ni en tercera persona. No soy corto ni largo en extensión. Todas mis características están por definirse. Decídete, apreciado lector, a emprender ese extraordinario e irrepetible viaje por los vericuetos de la imaginación y la ficción. O tal vez, puedas recopilar tus vivencias y te atrevas a compartirlas con tus futuros lectores. No lo pienses mucho, te aguardo con mis hojas en blanco. Escríbeme, conviértete en mi autor. Hazme cuento, relato, textículo, crónica o novela. Escoge un género, hazme nacer hoy.
Biografía del autor: Luis Ernesto Medina Vásquez nació en Cabimas, Zulia, el 05 de marzo de 1954. Graduado como profesor de Idiomas Modernos de LUZ en 1954. La Editorial Novilunio publicó su libro de poemas Cabos Sueltos en noviembre de 2014. Actualmente ejerce como productor radial, locutor profesional y director de la emisora Sonora 99.5 FM de Cabimas. Trabaja como docente de Inglés en Concordia Teachers, C. A.
*Luis Ernesto Medina Vásquez nació en Cabimas, Zulia, el 05 de marzo de 1954. Graduado como profesor de Idiomas Modernos de LUZ en 1954. La Editorial Novilunio publicó su libro de poemas Cabos Sueltos en noviembre de 2014. Actualmente ejerce como productor radial, locutor profesional y director de la emisora Sonora 99.5 FM de Cabimas. Trabaja como docente de Inglés en Concordia Teachers, C. A
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