I
Ha
llegado la muerte
un
domingo a las cuatro de la tarde.
En
forma de viento ha llegado
¡ay
pobre hombre humano!
Echada
está su suerte.
Ha
llegado la muerte
—no viste de negro, hoy viste de blanco—
soplando
fuerte
en
forma de viento ha llegado.
Ha
llegado la muerte
—tocando su violín de fémur—
el
suelo ha tocado
Ha
llegado la muerte,
no
ha venido por uno, ni por dos
ni
por cien, ni por mil
ha
venido por el humano hombre
solamente.
Ha
llegado la muerte
y
ha encontrado indefenso al humano hombre,
muerto
de hambre, sucio, sin agua,
sin
alma.
Ha llegado la
muerte
y ha encontrado al
humano hombre
hombre
humano
Encerrado, nostálgico,
sin tierra, sin
sol, sin un hermano,
sin luna, sin
cielo
sin
padre, sin madre.
Ha
llegado la muerte,
se
ha puesto triste,
impotente
llora,
sufre
porque lleva el humano hombre:
queriendo amar, pero
impedido
queriendo abrazar, pero prohibido
queriendo besar, pero vedado
queriendo despedirse, pero castigado
queriendo comer, pero sin bocado
La
muerte se ha puesto triste
impotente,
llora
no
es una humana muerte
del humano hombre
Ha llegado la muerte
está ahí, desconsolada, sola
en medio de vacías
calles
sufriendo, sufriendo
lo mismo que el humano hombre.
No es
una humana muerte
II
Hastiado,
debajo de un colosal cielo azul,
sin poder alzar la mirada y contemplarlo.
Encerrado,
extrañando los olores de tu pueblo, de tu
casa
del girasol, del clavel, de tu patio
de la margarita, del geranio.
Envuelto en el tétrico silencio del día te
preguntas:
¿qué hay después de la muerte?
No hay sino la inmensa levedad de la vida
que buscabas,
la unidad con la Pachamama por la que
luchaste,
el génesis de una quietud suspirada,
anhelada;
el fin de tu angustia que tanto soñabas.
Serás vida, vida darás.
Alimentarás a un nuevo ser
quise decir, ese nuevo serás tú:
una rosada rosa, un banano
un tulipán, un palto
es más, serás un jardín, o tal vez cien,
tres mil.
Cubrirás de frutos al mundo,
de flores, dejarás que los niños jueguen
contigo.
Te amarán, te cuidarán.
¡Serás perfume!
O talvez te conviertas en un árbol,
grueso, frondoso, lozano.
Con tus retoños alimentarás.
Serás sombra.
Sombra para el humano hombre que acudirá presuroso azotado por el sol.
Ese hombre que se raja el lomo labrando la
tierra
Serás hogar.
Hogar de aves que te despertarán al unísono de su cantar.
Disfrutarás cuando la lluvia
recorra tus pétalos,
tu tallo, tus hojas, tus raíces…
Amarás las caricias del viento.
Verás morir el día, verás nacer el día con
el alba.
Serás…
vida serás nuevamente
porque no has muerto
has comenzado a vivir
eternamente.
*Poema ganador del primer puesto en el
tercer concurso de poesía Americana, Medellín, Colombia.
*Jhon
Jherson Bustamante Lozano. Nacido en 1997 en la Ciudad Celendín – Cajamarca, Perú.
Estudiante de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez
de Mendoza de Amazonas – Perú. Actualmente miembro ordinario de la “Revista
Heradud”.
Uffff, tremendo poema!
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