Llegué a la
lectura y a la escritura por la necesidad de comprender el mundo y poder
participar de la magnitud de sus aciertos y contradicciones. En la poesía intuí
un camino que me aguardaba y me propuse prepararme para sus retos y
responsabilidades. He querido mantenerme al margen de la parafernalia que
pretende de la poesía un campo de réditos y estrepitosos hueros. No considero
que el poeta sea un salvador, tampoco que sea un dependiente de la actualidad
de su época. El compromiso de un poeta se funda y crece en los ritmos de la
lengua que nombra y expresa la comunidad de que hace parte. Ser una voz de
alerta es razón de su oficio. Algunos dicen que mi poesía no se entiende, es
quizás porque no me plego a sus intereses. Lo cierto es que por ahí están mis
libros insistiendo con sus versos. Casi siempre dejo resbalar lo insidioso o lo
zalamero.
XVII
Alicia,
cuando miro su cara, en ella se estampan bifloras,
golondrinas y begonias del habla
y un agua turbia en la que se sumerge el habla,
entonces una cocina se humedece en el fuego
que calienta el amanecer de una infancia
que sucede en medio de usos domésticos
y sombras que se acurrucan en sus terrores
para, luego, dar cabida a la nostalgia que cae
y es como un tubo de escape que revienta e imprime
de súbito en la piel del romance, igual
a un exilio colectivo que atraviesa el habla;
Entre la calle 27 con la carrera 65,
en esa esquina
desaparece el verano tantas veces
como la chimba de carola, cuando ella vuelve
a su lugar su falda estrecha y de paño oscuro;
En el interior, inés, mueca como la carnadura de un buey de arado,
se hunde en la cocina y el gris de su mirada,
de la que no salió su existencia
n i a m e d i o p r o n u n c i a r,
y donde guardó proporción con el tránsito de lo inútil
fijo en la piel como una llaga que no cura;
desaparece el verano tantas veces
como la chimba de carola, cuando ella vuelve
a su lugar su falda estrecha y de paño oscuro;
En el interior, inés, mueca como la carnadura de un buey de arado,
se hunde en la cocina y el gris de su mirada,
de la que no salió su existencia
n i a m e d i o p r o n u n c i a r,
y donde guardó proporción con el tránsito de lo inútil
fijo en la piel como una llaga que no cura;
Bajo las palabras viene lo
impredecible
de su escritura,
las palabras caen de la incontinencia del habla
a la promiscuidad de la escritura,
entonces,
detesto como caen las flores del jarrón de su cara
de donde los pájaros emigran
de su escritura,
las palabras caen de la incontinencia del habla
a la promiscuidad de la escritura,
entonces,
detesto como caen las flores del jarrón de su cara
de donde los pájaros emigran
XVIII
Uno se vuelve piedra y se pasa toda la existencia construyendo un blanco,
o, siendo el blanco en un montón de piedras,
entonces empieza el paraíso;
Cada sílaba edifica esa complejidad que se apila,
esa mano de impulso contundente que revierte su impacto y contiene
el irrecusable destino de una herida o cicatriz;
Mal haya el habla o tan siquiera el murmullo de la queja o sus alrededores;
¿Uno está lleno de silencio en la piedra?
Lo cierto es un lugar común y anfibio,
empero, sólo se lo enumera o describe en las heces o en la descendencia,
igual en lo sólido cuando el sol invierte sus excrecencias;
Descendientes ¿las piedras guardan nuestra memoria?
Una cabrita ética pelética peluda
tuvo tres hijitos
éticos peléticos peludos, verdad que sí, verdad que no;
éticos peléticos peludos, verdad que sí, verdad que no;
No se imprime en el mismo sitio dos
veces la huella;
En ocasiones la piedra se hace polvo sin contener su impacto o destino, antaño;
No siempre los cabos están atados o sueltos como es usual, como es normal;
Un arrume acosa, un arrume que recuenta y parece que no cesa, un arrume;
En ocasiones la piedra se hace polvo sin contener su impacto o destino, antaño;
No siempre los cabos están atados o sueltos como es usual, como es normal;
Un arrume acosa, un arrume que recuenta y parece que no cesa, un arrume;
Es verdad que tú te quieres salir de
aquí
XX
Tanto muerto, tanto pedazo de muerto, parecen piedras y guijarros listos para afirmar
caminos y otras viviendas;
Ella con su mirada hacia el anciano teje un nido de proporciones, acendrando atmósferas
y matices;
No sé si sea posible envejecer;
Ecos son abismos hacia el futuro;
Abismos son ecos hacia el pasado;
Una frase abierta como un círculo,
cerrada como un círculo
la tarde se ausenta en las luces del sol que se desprende
y vuelve en las ráfagas de neón y en los reflectores que encienden los vehículos, mientras
todos presurosos nos amotinamos en las horas pico,
sudorosos como una postal estropeada;
cerrada como un círculo
la tarde se ausenta en las luces del sol que se desprende
y vuelve en las ráfagas de neón y en los reflectores que encienden los vehículos, mientras
todos presurosos nos amotinamos en las horas pico,
sudorosos como una postal estropeada;
En la radio suenan informes,
estadísticas, comerciales;
El anciano recoge sus datos
personales su alfabeto y su sombrero;
Entonces la carrera girardot al cruce con bomboná parece un embudo do
en donde se atrancan el cielo y el infierno,
en la radio discuten las propiedades de la zanahoria
al tiempo que un comercial dispone los cuerpos y demás para las vacaciones de verano;
El anciano y su alfabeto, su sombrero y sus datos personales abordaron un bus de la ruta 301
La esponja de la noche
avanza por los vericuetos del romance,
saber que en las palabras, en los giros del antiguo romance, dios caminó por estas calles,
me hace bien;
al parecer también tropezó y saltó agujeros y desperdicios,
debió mirar nalgas y otras voluptuosidades;
El anciano recoge sus datos
personales su alfabeto y su sombrero;
Entonces la carrera girardot al cruce con bomboná parece un embudo do
en donde se atrancan el cielo y el infierno,
en la radio discuten las propiedades de la zanahoria
al tiempo que un comercial dispone los cuerpos y demás para las vacaciones de verano;
El anciano y su alfabeto, su sombrero y sus datos personales abordaron un bus de la ruta 301
La esponja de la noche
avanza por los vericuetos del romance,
saber que en las palabras, en los giros del antiguo romance, dios caminó por estas calles,
me hace bien;
al parecer también tropezó y saltó agujeros y desperdicios,
debió mirar nalgas y otras voluptuosidades;
La totalidad en el fragmento
dios va dios viene
¿quién lo tiene?
dios va dios viene
¿quién lo tiene?
r
í o q u e s u e n a
encarnando
la elíptica del eco
no
sumiso, no entregado a la costumbre,
tampoco
inclinado a las especulaciones
del
prístino origen o lo que es igual,
el
eslogan de moda que rige el habla
y
las maneras de ser en las cuadrículas,
únicamente
engrosando las filas del salario
como
muñones estampados para el por ve nir,
criaturas
hospedadas en las vallas
consumiendo
el eslogan de sus días y noches
Usura
y oscurantismo
La ciudad, una cicatriz delirante,
Enconada como una diáspora sujeta
Tras las gasas de asfalto y adobe;
La trama de su comportamiento sucede
En invierno o en verano, por titulares
En las pantallas o en los periódicos;
Por los peatones, de boca en boca
Igual a un ventrílocuo que larga su hilo
Hasta la médula de su víctima. La ciudad
Es una cicatriz que no para de expandirse,
Se alza en sus pisos como por entre
El ojo de una aguja despuntada que hila.
¿Quiénes, tras la lente usufructúan
Los réditos de la descomposición?
Donde
inicia
Imposible poema posible
Cuyo
tema se lea
Con
la contundencia
Que
hace la callosidad
Donde
la realidad
Se
consume
Sometida y
controlada
Misteriosa
y condenada
En
la memoria
En
lo incógnito de la piel
Posible
poema imposible
Donde
la palabra
No
sea estuche
De
la inspiración
Para
condicionar
Lo
existente
Al
acento de emociones
Donde
se pervierten
Los
sentidos
Que
aprehenden la vida
Poema
no estandarizado
Por
los réditos de la fe
Ni
los de cualquiera ideología
Que
se adjudique derechos
Sobre
los destinos
Sobre
las extensiones
Donde
es amoldada la conciencia
Y
las palabras a los significados
De
una estructura laboral
Propensa
a la obediencia
Poema
no amparado
En
ideales labrados
En
el imaginario de un prístino
Ni
en el lomo
Para
un futuro
Donde
el presente
Es
sacrificado
Hasta
el hallazgo de su estéril
Imposible
poema posible
No
fundado en una estética
No
fundado en una ética
Rigiendo
el laberinto de la civilidad
Poema
dado al extravío
Acaecido
a la condición
Sin
tronchar el nudo
Deshaciéndose
en el nudo mismo
Posible
poema imposible
No
burlado por la lírica
Ni
por un amor
En
imágenes surreales
Tanta
presunta poesía
Anula
el poema
Al
carajo tanto poeta
Ignorante
de la realidad
Al
poema lo han encontrado
Descuartizado
por el habla
Delirando
en medio de los ritmos
Donde lo han
empotrado
Tanto
muerto, tanto pedazo…
Tanto
muerto, tanto pedazo de muerto,
parecen
piedras y guijarros listos para
afirmar
caminos y otras viviendas;
Ella
con su mirada hacia el anciano teje un
nido
de proporciones, acendrando atmósferas
y
matices;
No
sé si sea posible envejecer;
Ecos
son abismos hacia el futuro;
Abismos
son ecos hacia el pasado;
Una
frase abierta como un círculo,
cerrada
como un círculo
la
tarde se ausenta en las luces del sol que
se
desprende
y
vuelve en las ráfagas de neón y en los
reflectores
que encienden los vehículos,
mientras
todos
presurosos nos amotinamos en las horas pico,
sudorosos
como una postal estropeada;
En
la radio suenan informes, estadísticas,
comerciales;
El
anciano recoge sus datos
personales
su alfabeto y su sombrero;
Entonces
la carrera girardot al cruce con
bomboná
parece un embudo
en
donde se atrancan el cielo y el infierno,
en
la radio discuten las propiedades de la zanahoria
al
tiempo que un comercial dispone los cuerpos
y
demás para las vacaciones de verano;
El
anciano y su alfabeto, su sombrero y sus
datos
personales abordaron un bus de la ruta 301;
La
esponja de la noche
avanza
por los vericuetos del romance,
saber
que en las palabras, en los giros del
antiguo
romance, dios caminó por estas calles,
me
hace bien;
al
parecer también tropezó y saltó agujeros y desperdicios,
mirar
nalgas y otras voluptuosidades;
La
totalidad en el fragmento
dios
va dios viene
¿quién
lo tiene?
*Omar
Castillo, nació en Medellín -Colombia, el 9 de diciembre de 1958. Ha
publicado los libros de poesía: Divagaciones (1978); Vestuario (1979); Garra
de gorrión (1980); Limaduras del sol (1983 y
1986); Fundación y rupturas (1985); Relatos del mundo
o la mariposa incendiada (1985); Informe (1987); Relatos
de Axofalas (1991); Leyendo a don Luis de Góngora (1995). Relatos
del mundo (1998, Obra poética desde 1983);; Abra, el libro de los
amigos (2003); Poema de New York, con traducción al
inglés por G Leogena (Marginales, Los Lares, Casa Editora, Medellín,
2007); Los años iniciales en el vacío, 2001-2008 (Fondo
Editorial Ateneo Porfirio Barba Jacob, Medellín, 2008). Y el libro de
ensayos: Asedios, nueve poetas colombianos & Crónicas (Los
Lares, Casa Editora, Medellín, 2005). Ha sido incluido en diversas antologías
hispanoamericanas y colombianas. Ha hecho lectura de sus poemas y
participado en estudios y propuestas sobre poesía colombiana e hispanoamericana
en Rio de Janeiro, Paris y Nueva York entre otras ciudades. De 1984 a 1988
dirigió la revista de poesía, cuento y ensayo Otras palabras, de la
que se publicaron 12 números. Actualmente dirige Ediciones otras
palabras activa desde 1985, empresa en la que se han publicado más de
30 títulos entre poesía, ensayo, teatro y narrativa, en su mayoría de autores
colombianos. Y la revista de poesía Interregno editada en
Medellín desde 1991 .
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