Déjame ser
Tirado en el abismo de la nada…
he caído aquí gracias a ti, asesina de poetas
¿Nunca quisiste dejarme florecer como artista del sentimiento?
Déjame ser lo que siempre he sido;
un sucio artista que no abandona las calles,
recitando poesía barata, poesía asquerosa que nadie leerá.
Déjame ser un tonto artista, quédate apática.
No me abalanzaré a decir que el arte es riqueza,
como el resto de artistas codiciosos llenos de inutilidad que conoces.
yo estoy más que seguro que lo que me hace artista no me dará de comer,
tampoco de vestir… Pero déjame ser.
Déjame ser, para darme cuenta que no necesito ser.
Déjame ser el guardián de mi propio perecer.
¡No dejaré que tu tomes las riendas de esto! Al menos no esta vez.
No duermas más
No duermas más.
Déjame escuchar el sonido melifluo de tu voz,
Déjame tocar tu cabello de nardos,
Déjame acariciar tu etéreo cuerpo.
Bajo todo este desierto de asfalto
Reverberan los días,
Días en los cuales te posas sobre las ramas,
Mientras que pasa un viento errante,
Que rompe cualquier sentimiento.
Florecen rosas inmarcesibles cuando respiras,
Se abre la semilla de un dátil con tus movimientos,
Flota una pequeña hoja en el agua,
Junto a todo este olor narciso que desprendes.
*Hoover Largo D. Nacido en 1999, en la ciudad cafetera de Pereira, Colombia. Joven estudiante de filosofía y escritor vanguardista de medio tiempo. Se encuentra en busca de la verdad, quitando todos los filtros culturales a su paso.
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