Yapacani mi Pueblo Amado
Mi voz enmudece
Grita silencios de calma
No habrá juegos de inocencias
No más pies descalzos que
Corran bajo la lluvia
Hoy el asfalto quema
Las piedras son volcánicas
No aquellas con las que un día
Jugamos a las canicas
No se oirán nuestras voces
en el seno oscuro, el rasgar de
una guitarra vociferando…
pueblo mío que estas en la colina
no escucharemos nuestra canción
favorita en la radio
no se oirán nuestras risas en el
banquillo de madera de los
primeros te quiero y para siempre
yapacaní mi pueblo amado
manchado de sangre
quemaron su libertad
hermandad vendida
han enjaulado sus pájaros multicolores
ni los rezos ni campanares podrán
volverte al ayer, el polvo que ayer
dibujaba sueños, hoy dibuja billetes
los sueños se venden
la amistad se traiciona,
el polvo se ha emblanquecido
rima con el dolor, la angustia
el espanto, ese polvo es azul
y blanco.
Hombre del Campo
Claro día,
Cielo embravecido
monte manchado de amarillo
adornan bandada de blancas aves.
Hombre solo
trabaja en su jornada
por senderos de sonidos silvestres
Entre ríos, espeso bosque,
ásperas manos, sucias
labrador de sueños y esperanzas.
Maravillas del campo
donde el sol y la luna visitan más de cerca,
acariciando su cansancio.
Estrellas que brillan
como lámparas led,
corazón desorientado
goza con el silencio de ausencias,
florece con el día,
muere
con el luto de la noche.
Domingo
(Dedicado a mi hija Ericka)
La cama tendida
la olla está sucia
a mis heridas
echas miel
ángel mío
al revés
la historia está contada
cenicienta
me dibujas un abrazo
ese má
en tu risa
la tormenta
danza
en tus hojas
muda
incompleta
mi alma
abandonada
mi sombra
llega
con la señal
de la cruz.
El tiempo
Madera fina
tallada a mano
con el único amigo
el día
la mara, el roble
cual anciano sabio
deja huella en el
aserrín del polvo
la silla blanca
pintada de recuerdos
sentada mi madre
miraba el reloj
mientras el tic tac
del sueño
le daba su mano
desde entonces vacía
está la silla
de vez en cuando
me siento en ella
para recordar su risa
su voz y el olor de la
madera me lleva a la
casa que un día
fue nuestra.
Inspiración Boliviana
Bosques
Pintados de esperanza
ríos que llevan lágrimas
historias escritas en la
arena húmeda
pincelando el pátuju la
kantuta en su melodía de
zampoña al brinco de la
tamborita
desde su bravura de sus
enseñoreadas montañas
marcan la muerte los sueños
que el azul mutila
el invierno se vuelve blanco
cuál coco derrama en leche en
aceite al rostro avejentado de
buscar piedras en el camino para
construir ciudades con lenguas distintas
que canten como los pájaros
cuando anida la primavera
así como Dios y los poetas construyen
un Edén
energía viva del amor, el erotismo
que solo me inspira la selva
Boliviana.
*Rosa Alba Acero, Bolivia Santa Cruz (Yapacaní 31- agosto 1971). Maestra de Literatura e Inglés, Secundaria y primaria. Estudio Idiomas en la Universidad Pública Gabriel Rene Moreno. Literatura en la Universidad Pedagógica Enrique Finot. Realizó un Diplomado en Gestión Educativa. Docente Facilitadora en inglés de la UNEFCO dependiente del Ministerio de Educación. Incursiono en el teatro por más de 25 años. En el 2018 inicio talleres de poesía con la poeta Valeria Sandi, llegando a publicarse uno de sus poemas “Jardín de Olvido” con la Editorial de Chile AndesGraund. Tomando taller de Edición con el Poeta Chileno Rene Silva Catalán. Leyendo sus poemas en espacios abiertos en Centros culturales como la Melchor Pinto, Café Lorca en el Ministerio de Culturas y otros. Forma parte de la organización de” Jauría de Palabras” (Festival internacional de poesía joven), es miembro del colectivo “Trueque Poético” (la poesía es el camino a la paz). No cabe duda de que la poesía la ha llevado por sitios reales en el arte de enseñar y aprender a dibujar arco iris en medio de la oscuridad.
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