Es la expresión en palabras del recorrido que hacen las vivencias, experiencias, relaciones, miedos, alegrías, incertidumbres, búsquedas, certezas, carencias, abundancias, por decir sólo algunas posibilidades, desde el afuera, el mundo material, pasando por el adentro o sea, el mundo espiritual, el sentimiento, el alma, el raciocinio, las intuiciones.
Todo ese camino concluye con la escritura de poemas.
Igualmente el proceso también se da de la misma manera pero al contrario, como recorrido del mundo espiritual desembocando en el material.
Ambos trayectos se retroalimentan y enriquecen.
Poesía entonces es movimiento, conocimiento, pensamiento, acción, reacción, placer, inquietud, claridad, suspenso, es la vida misma tamizada por elucubraciones o prácticas y expresada en palabras.
Retoño
Llegaban flores en el amanecer pero un día lo que llegó fue el retoño de un tronco añoso.
Era la frescura versión nene, heredada de la lozanía antigua de su ancestro.
Eran unos ojos abiertos al Universo, copiados en dimensiones de aquellos que lo vieron nacer y que lo ven crecer en el camino, que lo muestran con el orgullo de saberse origen, con la bravura de sentirse grande, con el amor que se desparrama por los brazos al sostenerlo.
Llegó un retoño que gatea y que confía, níveo, fulgurante, más dulce que las flores de albahaca y tierno como un abrazo del cielo.
Buenos días, eres bienvenido.
Regreso
He vuelto y esos muros que otrora me oyeron, me gritaban.
He vuelto, mis ojos resecos y vencidos de olvido, escudriñaron en los resquicios
palabras que parecían perdidas, algunas lo estaban.
He vuelto y las escalas, la cal, las baldosas rogaban por mí y por tu amor.
Ya no volveríamos a estar en ellas. Ni tu, ni mi amor.
Resiliencia
Se presentían fronteras
revestidas con trozos de quimeras.
Los fantasmas,
con cuchillos calientes,
eran guardias, resistían.
¡Se sentía el miedo a los destellos!
Otro sol amaneció.
Presentimiento, guardias, armas,
fueron llevados por Eunucos al océano.
Tirados, abandonados, abatidos.
El agua salada los hundió sin miramientos.
Lentamente emergieron a la superficie.
Convulsionando, como si nadaran, se salvaron.
Bebieron hasta casi ahogar los poros
y arrastrados, mitad por brisa,
mitad por cuerdas destempladas,
pararon en la Isla de La Antigüedad.
Nueve noches se tardaron para tantear las playas.
Después, en la piedra más grande, de la ínsula más chica,
por cuatro años se sentaron a comer papaya
y a esperar que alguien los reconociera.
Pero nadie los reclamó suyos.
Pasaron tres años más.
Entre tanto, los Castrados, cantaron en los litorales,
con mentirosas voces blancas.
El viento llevó sus notas por el mar y por las islas,
dónde los abandonados esperaron ser reconocidos.
y… con esas mismas notas,
los pobres desvalidos,
empezaron a hacer nudos.
Los tramaron y enlazaron con dos o tres chamizos,
construyeron una barca, después un astillero.
- Estos se redimen. Piensan los Eunucos al verlos.
Por eso agigantan pantallas estereofónicas
para formar deseos.
Los quieren indefensos en los océanos,
en las islas, en las cañadas, convertidos en basuras,
pecaminosos, para que no encaminen sus intenciones
como la Madre Tierra y el Padre Sol enseñan.
Mundo redondo sin caminos presupuestos,
lunas transparentes con cuchillos calientes
defendiendo la belleza,
fantasmas guardianes acorazados
en valentía y sudor.
* Dora Marleny Vásquez . Poetisa, cuentista, ensayista. Nació en Medellín, es hija adoptiva de Bello, vive en Nueva Jersey hace más de 15 años. Publica el libro de relatos, El Monasterio, URPI Editores, Nueva York 2012. Ha elaborado publicaciones para revistas y periódicos en Colombia, España y Estados Unidos. Coordina la tertulia Literatura para Vivir y acompaña autores en sus procesos de elaboración literaria, en Nueva Jersey, Estados Unidos. Vivir en este país le ha llevado a recorrer muy diferentes posibilidades laborales… Una muy importante fue desempeñarse como cuidadora de enfermos durante más de diez años y acompañar a los pacientes durante su último camino hacia una nueva vida. Aún lo hace de vez en cuando. Es Licenciada en Masaje terapéutico del Instituto Cortiva, Hoboken, NJ. Además maestra en diferentes Distritos Educativos también en Nueva Jersey. En Colombia se graduó como Socióloga de la U de A. Unido a esto uno de los temas que más desarrolló desde lo teórico y lo práctico fue El Trueque, mercado sin utilización de dinero y utopía hecha realidad. Además es Tecnóloga en Recreación del Politécnico Colombiano JIC de Medellín.
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