“Escribir
por una necesidad sin más. Escribo con hambre, pretendiendo un abrigo, un
alimento, una línea donde apoyar mi cabeza: brújula y sendero. En el silencio
escucho voces de adentro y de afuera de la carne, a ellas dirijo mi oración
pidiendo un canto, una danza, otra vos. Busco una palabra que sea salvación y
refugio, una palabra que al nombrarla me dé otro rostro, una casa y una luz…amo
las palabras, con ellas abro la puerta y beso el sol que se avecina”.
Recuerdo
Si
sólo la sombra de tus ojos fuera un oráculo en medio del mar
las bocas de la tierra no me hubieran tragado.
las bocas de la tierra no me hubieran tragado.
No
remes en mis aguas.
No salgas en busca de otras tierras desde esta orilla, no tendrías como sujetarte.
No salgas en busca de otras tierras desde esta orilla, no tendrías como sujetarte.
No
tengo un puerto seguro.
Los
cuerpos que se acercan a mi isla mudan de piel y parten a buscar un nuevo
rostro.
Un
día, un ser que estaba sediento y había venido del desierto, encontró aquí un
manantial para su necesidad, se marchó cuando su vasija estuvo rebosante.
Otro
que practicaba la magia halló en mí un nuevo truco y salió a mostrárselo al
mundo.
Hay
un tercero, su arte era contar historias, amaba el vino, la sensualidad y los
viajes, vivió aquí lo que dura un eclipse, luego partió a la selva…
Han
pasado los años y ninguno de esos espíritus ha regresado, sin embargo tres líneas
se dibujan en el horizonte cada que quiero irme.
Un
camino
En
la búsqueda del camino
Aparece
el laberinto de arena,
Tu lengua
aparta mi pie del sendero.
Ahora,
el reloj gira
hacia el lado contrario
hacia el lado contrario
Y la
cruz que tengo dibujada
en mi ojo izquierdo
es cada vez más negra.
en mi ojo izquierdo
es cada vez más negra.
Yo
que amo tanto el fuego
te haces sed de agua para mí.
te haces sed de agua para mí.
La habitación oscura.
Cae el bello y melancólico atardecer,
abriendo paso a la negra y delirante
noche,
mientras en las malditas paredes de mí habitación se dibujan unos monstruos que quieren
robar mi voz.
abriendo paso a la negra y delirante
noche,
mientras en las malditas paredes de mí habitación se dibujan unos monstruos que quieren
robar mi voz.
De las paredes se escuchan quejidos de poemas
ya yertos,
es menester que alguien haga algo.
es menester que alguien haga algo.
Sin embargo yo estoy asustada,
en un rincón de la desolación,
susurrando poesía como sí de
oraciones se tratará
en un rincón de la desolación,
susurrando poesía como sí de
oraciones se tratará
La cotidianidad, mata.
La tristeza que se siente desde que tienes memoria, acaba, sí acaba con tú mente.
Te cansa y si no te suicidas es porque vives muerto en vida.
La tristeza que se siente desde que tienes memoria, acaba, sí acaba con tú mente.
Te cansa y si no te suicidas es porque vives muerto en vida.
En
el libro llueve
En
el libro llueve
y no hay rastro de ceniza en el cuerpo.
y no hay rastro de ceniza en el cuerpo.
Dios
bendijo tu semilla
para que opacaras mi maldición.
para que opacaras mi maldición.
Pronuncia
las palabras benditas
y se dibujarán estrías negras
sobre los ojos
y por debajo de la piel
donde no llega aún la sed
ni el agua para saciarla.
y se dibujarán estrías negras
sobre los ojos
y por debajo de la piel
donde no llega aún la sed
ni el agua para saciarla.
Ya
no sé qué escribo.
Puedo
mirar muchas veces el sol
y no sufrir
porque tengo estrías negras en los ojos
y una sed que no se acaba
ni se sacia
con el agua lluvia del libro.
y no sufrir
porque tengo estrías negras en los ojos
y una sed que no se acaba
ni se sacia
con el agua lluvia del libro.
Viviana Restrepo, nació en Medellín, en 1985. Ha
publicado el libro de poemas Lo que dura un eclipse. Poemas
suyos han sido publicados en las revistas de poesía Asfódelo, Punto Seguido,
Prometeo y Polifonía, de la Universidad Tecnológica de Pereira. Hizo parte de
la organización del encuentro anual de poetas de la zona noroccidental de
Medellín. Sobre su poesía, expresó Pedro Arturo Estrada: «Para ella la sangre
matricial, la sangre sacrificial, la sangre lustral, las distintas sangres que
la han marcado hasta hoy se hacen tinta que espera, que comienza a verterse en
poesía y a arder más allá del cuerpo y la contingencia de los pasos, siempre
inciertos, en esta ciudad y estos días de acoso y desasimiento. Para Viviana,
la poesía es gestación de lo universal, carnadura y desgarradura, lenta
consagración de la vida que otra vez anhela, ansía el renacimiento, la
revelación de lo otro, la manifestación de lo sagrado en el mundo. Por ello,
asistimos, se nos ha invitado a ser testigos de ese parto de palabras que desde
el más oscuro magma de su ser, nos convoca.»
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