La poesía es una
mañana fresca, en ella he buscado que mis poemas sean pájaros, líneas delgadas
que se estiran como la luz. O hilos de voz que nombran la claridad de lo
cotidiano. A pesar de que el día sea de contrastes. Y con cada hoja del tiempo
que pasa persiste un sonido, un eco. Por la Poesía voy caminando bajo las
nubes, descubriendo puntos de encuentro entre el ser y las palabras.
Pero el despertar
tiene lugar también en la noche, porque allí son muchos los que están
despiertos. La mañana y la noche son entonces hermanas gemelas. Y la luna
encierra su música bajo las teclas de un piano.
Nuestros ancestros
indígenas despertaban a tejer, danzar, contemplar, pulir y después con el sueño
aspiraban a que el dios les dejara una huella.
Despertar la
conciencia de los pueblos, dar testimonio de su folclor, es tara que la poesía
desde la antigüedad ha cumplido. De ahí que cada despertar entrañe un cambio
que enriquezca las almas humanas y la literatura. Poesía como despertar
equivale a una promesa, un compromiso y una oportunidad de acercar la voz al
canto general que ha de arropar el planeta.
Rimbaud al despertar
dijo: " Vi el sol bajo, manchado de horrores místicos" Así cada poeta
tendrá que reconciliar su realidad con el sueño buscando enlazar los extremos.
El pájaro y la media
La poesía es un pájaro
que
en el alambre del patio
canta
La poesía es una media impar
resuelta
a ser
la
cabeza de un caballo
El pájaro y la media penden del mismo hilo
Arte poética
Escribo en el
aire
en días
desajustados.
Y en el
ventero
que vocea
duraznos
palpo la
imagen.
A cualquier
parte me lleva
un verso
abanico de
sombras.
Y en el eco
ingrato
de las horas
que no
prometen
escarbo.
La balada del motel
Cogidos
de la mano entramos
como a
una tarde de domingo.
Y pronto las ropas cuelgan
del
perchero
que no
espabila
con las
acrobacias sexuales.
Aquí la
vela
del amor
riega
esperma
y luego
se apaga.
El deseo
como un
león
sigue los
pasos
ríe
me
considera su hermano.
Pago
entonces la balada del motel
para el
amanecer o el rato.
Y yazgo
miro al
techo
huele a
flores
y de
costado
por el
espejo
contemplo su espalda.
Cuarto pálido
Debajo de la cama
las
hojas secas
del sueño
en
círculos de humo
ascienden
hasta el techo.
Noche de dientes como
tablones
que a su antojo
carbura
mis
pesadillas.
Donde los muertos
llevan en su cintura
un
martillo
y chorros de
puntillas
que a media noche
dejan
caer.
Versos para una bruja
Tus cabellos salen de
mi boca
como un ovillo que se
enreda
e intenta ahogarme.
Hoy que nuestra
bandera
ondea
entre las ramas de
una quebrada.
Bajo estas estrellas
parezco
un muñeco atravesado
de alfileres
que resplandecen.
Un espectro de tigre
ronda
mis días.
Y en el papel
siento el calor
de sus patas.
Tigre
de bigotes
de polvo.
Sobre mi hombro
su fantasma
ventea
las letras.
Caminando Niquitao
El desfile de autos arroja humo
Poco espacio para el transeúnte
y en cada paso jirones de tiempo
un hilo verde que las arañas
dejan
Como el bambú
sus habitantes
se mecen
en el ojo parpadeante de las avenidas
Solitario camina el barrio tosiendo
lesionado su talón
Niquitao afilado en cada señal
a la velocidad del pájaro
errabundo
*Walther Espinal nació en Medellín en
1980. Realizó estudios de filosofía y letras en la Universidad de Antioquia.
Ha publicado los libros de poesía La danza de Narciso (2009)
con el que obtuvo una mención en el XX Concurso Nacional Universitario de Poesía
Universidad Externado de Colombia y El pirata y otros poemas (2010).
El espectro del tigre ( 2015) En su ciudad tuvo contacto con varios talleres
literarios. En 2010 fue invitado al XX Festival Internacional de Poesía de
Medellín.
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