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viernes, 5 de junio de 2020

"Oda a mi tristeza" Poemas de María Camila Bedoya



Oda a mi tristeza

Pero no,
No soy culpable por el llanto que habita en mí
Ni por las horas en silencio cuando el tiempo no pasa y el vacío crece,
Ni tampoco por el miedo.
Adentro,

Hay una calma que me agita la marea contra la desesperación,
Porque cada día hay un veneno que me inunda las venas
Y me corroe haciéndome creer feliz.

Pero a ti, querida mía,
Que me has acompañado desde la existencia
Y vigilado la respiración aún cuando ya no tengo aliento;
A ti, que has crecido como una semilla
Y germinado como un árbol,
Formando las raíces de mis pensamientos más voraces.

A veces huyo asustada
Y me abraza un desconsuelo aterrador porque no estás,
Porque partes a un recoveco de la conciencia y te apartas,
Porque quedas dormida entre días y semanas…

                                                             Pero al final
                                                                            Siempre vuelves.


Permanencia

Átame, átame el miedo de andar prófuga sobre este mundo,
De ser un ser errante entre la multitud
Y los rostros pálidos y efímeros que se cruzan por la mirada.

Átame al presente desolador
Que no quiero mirar hacia adelante.
Átame las ganas de huir,
de cerrar los ojos y carcomerme las entrañas.

Átame antes del desastre,
Antes de que me pierda
Y la tristeza me arrastre.


Desazón

Duele porque soy yo,
porque nadie me mira, pero no quiero ser mirada.
Duele porque no hay nada adentro,
pero cuando miro no quiero mirarme.
Duele porque la soledad me abraza
y ambas palabras siempre van juntas.
Duele porque el futuro es incierto
y prefiero la permanencia.
Duele porque el silencio es desgarrador,
pero los gritos me aterran más.
Duele porque la niña me mira decepcionada.
Duele porque el viaje se volvió estancia
y ya no quiero quedarme.
Duele porque me miro y las manos están vacías.
Duele porque me duelo.


Expiación

Cansada del amor que se volvió veneno y analgésico.
Cansada del amor tóxico que es ambivalente.
Cansada del amor que nunca fue amor y se trasformó en odio.
Cansada del amor lujurioso que se inmiscuye en la carne y la desgarra.
Cansada del amor que siempre espera recompensa.
Pero cansada del amor que no recibo,
                                   del amor que nunca llegó.


*María Camila Bedoya, Colombiana. Estudiante de psicología, amante empedernida de los libros y la poesía, escritora apasionada desde siempre, desde que pueda, desde que me nazca y desde que sienta, loca por la astronomía, soy una fe de errata andando por el mundo.

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