La ciudad
fabulada
Esta es la ciudad del amor, Atentos,
Desde las paredes, Entre muros, En besos de tezontle y cantera, Entre perros de
ladridos y llamados de gas, Los cuerpos se afianzan, Aferran, Se reconocen en
un braille de perfumes, Es la aldea del amor, Las avenidas son brazos en
desnudez, Piernas, Corazones que buscan despojarse de sus ropas, Las caricias
se propagan en onda, Hace calor en lo vivo, Todos se derrumban sobre sí, Sobre
otros, Encima y debajo y en medio de otras, Entre lagartonas, machos mínimos,
nocturnos, entre libres, diversos, ñoños o hippies o hípsters, metaleros o
amantes del blues, entre podadoras de misterios, misóginos intelectuales y
feminazis, Entre los que se refugian del aullido, Los que muerden con ansia, Los que se extrañan,
transparentes, En jardines ahuhuetados y floridos espinajosos, Para ellos las
ventanas, Las plazas y sus gemidos, Los bares y los dulces insultos, Los
anhelos, Los abrazos. El beso y la frecuencia modulada de caricias. Para ellos.
Para todos. Esta ciudad. La ciudad del amor.
Catálogo amoroso
Hay amores que se
entregan
furtivos y carnívoros
bajo el alarido de la
lumbre
Hay amores que
carraspean
su resguardo y su
ternura
entre sala y cocina
de un asilo de
ancianos
Hay amores broncos
que contraen-expanden su caricia
Hay amores de dintel
amores cabeza de toro
amores lengua de
trapo
amores de callejón
furtivo
amores de gato fumado
amores de uñas
profundas y de largas saudades
Hay amores arruga de
agua amores temor de piedra
Los hay infinitos
que se esfuman en la
propia promesa de su epicentro
Hay amores que se
engullen
en oscuro desencanto
de azafrán
entre anonimato y
desconcierto
Hay amores que nunca
serán fuego relámpago pantera
Hay amores condenados
a la profusa vastedad
de un zarpazo en
extravío
silencio tan
negro perdido
como el
mismo cadalso del tiempo
Pero hay amores que
ondulan que rugen que restallan
que visten al fragor
de lo imposible
y van ensanchando
indómitos
el eco de lo
presentido
aquello que se
persigue y desgarra entre cantares
bruma que permanece
como signo:
Marejada estruendosa que va engullendo
en armonía
la soledad huraña en cada pecho.
Ciudad en sitio
Ven a la ventana
¿hueles el vértigo?
¿este aire que revienta los cláxones?
¿este abandono de crudo licor?
Aquello es un campo de mandriles homicidas
Una madre tatúa demonios
en el fondo de su muslo
Acércate
escucha lo siniestro
Aquí es la ventana:
¿Quieres intentar el
salto?
*Ulises
Paniagua, México. Narrador, poeta y dramaturgo.
Ganador del Concurso Internacional de Cuento de la Fundación Gabriel García
Márquez, en Colombia (2019). Ha sido considerado en una antología, en Rusia,
como uno de los más interesantes poetas contemporáneos de Latinoamérica. Posee dos
posgrados en la especialidad de imaginarios literarios. Es autor de dos novelas, siete libros
de cuentos y cuatro poemarios: Del amor y
otras miserias (2009), Guardián de las horas (2012), Nocturno imperio de los proscritos (2013),
y Lo tan negro que respira el Universo (2015). Ha sido
divulgado en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales,
incluyendo Nocturnario, El búho, Círculo de poesía, Nexos, Siempre!,
El Sol de México y Jus. Es parte
del catálogo de autores del INBA. Publicado en la Academia Uruguaya de Letras,
en España, Italia, Perú y Venezuela, su obra ha sido traducida al inglés, ruso
e italiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario