Lo innombrable
Los teóricos dicen
que creamos la realidad
al nombrarla.
Pienso en todas aquellas cosas
que dejaron de existir
porque mi abuelo
nunca conoció el diccionario.
Cuántas emociones
se quedaron fuera del universo
porque Dora nunca pudo
poner en palabras
el nudo que le crecía en la garganta.
Pienso en el bigbang
como el balbuceo de un infante
que trata de aferrarse al mundo con sonidos.
Benditos los locos,
los inocentes, los poetas
que pueden acariciar lo innombrable.
Náufraga
Aprendí el lenguaje de los sueños
a punta de realidad.
Florencia me enseñó a llorar
hasta volverme pez,
hasta volverme mar.
Vivir con los ojos abiertos todo el tiempo
y olvidarlo todo a cada minuto,
sumergirme en el mundo abisal,
sin más escafandra que mi voluntad
para ver las criaturas luminosas
de las que nadie me habló jamás.
El espejo se ha invertido,
a veces la única forma de ser faro
es naufragar.
33
Ha llegado la hora de la resurrección
y el tiempo se ha olvidado de ti.
¿Cómo puede ser eso posible?
—te lamentas—
¡Shhhhhhh!
Te responde una voz.
A los niños
jamás les ha importado el tiempo.
Veraneras
En nuestra primera cita
encontré dos florecitas en el suelo
y nerviosa las puse en mi regazo.
Fue solo hasta el día siguiente
que me percaté
de que entre tonos violetas, rosados y naranjas
tapizaban el camino
que conduce hasta mi casa.
No juzgues a mis ojos despistados
¿Cómo iba a saberlo?
Nadie me había dicho todavía
que los actos tienen una voz secreta
que se transforma en viento
frente a las aspas del destino.
*Karla Jazmín Arango Restrepo (1986) es estudiante de Letras: filología hispánica, investigadora literaria, editora y amante de la poesía en todas sus manifestaciones. Cree en la palabra como herramienta para conectar seres, emociones y épocas, a través de puentes que despiertan la belleza común a todas las almas, el estallido original que se eleva como germen para la transformación de la sociedad.
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